Este sábado 15 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador visitará el Monte de las Cruces, donde colocará una ofrenda para conmemorar el lugar en el que los Insurgentes de 1810 estuvieron más cerca de la capital del país.
El paraje conocido como Monte de las Cruces se ubica en la zona de restaurantes y de pistas de carreras de la actual Marquesa, donde se encuentran un conjunto escultórico y un museo conmemorativo de la batalla celebrada ahí el 30 de octubre de 1810.
Tras una campaña exitosa en el Bajío, el Ejército Insurgente liderado por Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, entre otros, se enfilaron hacia el Valle de México y arribaron a Monte de las Cruces.
Ahí, el general Torcuato Castillo enfrentó al ejército Insurgente y fue derrotado.
La Capital de la Nueva España quedó a merced de los hombres liderados por Hidalgo y Allende, sin embargo, en lugar de seguir hacia el Valle de México, dieron vuelta y retornaron hacia Valladolid (hoy Morelia) y Guadalajara, precipitando la caída de las tropas insurgentes.
Aún no se confirma si en ese punto, el presidente electo dará el Grito de Independencia, como suele hacerlo cada 15 de septiembre.
En los últimos años, el ahora presidente electo ha tenido la costumbre de efectuar la ceremonia del Grito de Independencia en diversos puntos del país.
El año pasado, López Obrador dio el grito en Dolores Hidalgo, Guanajuato; en 2016 lo hizo en Texcoco, Estado de México; en 2015 en Tamulté, Tabasco; en 2014, lo hizo durante un mitin en Azcapotzalco, en la Ciudad de México; en 2013, efectuó la ceremonia en Reforma, Chiapas; y en 2010, fue en Tlatelolco, Ciudad de México.
En 2006, tras las elecciones presidenciales de ese año, el tabasqueño encabezó una ceremonia frente al Palacio Nacional, mientras Vicente Fox iba a realizar la propia a Dolores Hidalgo.
Un año después, en un hecho sin precedentes, el equipo de López Obrador se enfrascó en una “batalla de decibeles” con la Presidencia de la República en el Zócalo de la Ciudad de México.
Cada bando colocó racimos de bocinas apuntándose mutuamente y subieron el volumen a niveles casi intolerables para turistas, asistentes y trabajadores de la zona.
Tras una negociación, el tabasqueño aceptó realizar la ceremonia del grito a las 22:00 horas, una hora antes que Felipe Calderón.