Por Marco Antonio Martínez
Este pasado lunes 16 de julio se conmemoró la fiesta de Nuestra señora del Carmen, y en su jardín a un costado, y en las calles cercanas se ponen un sinfín de antojitos, dentro de los que destacan las famosas y exquisitas chalupas, un antojito que se deleita hasta chupándose los dedos, por tal razón hoy dedico esta intervención a parte de lo que fue en antaño.
En la Plazuela del Carmen, según Veytia, se hacían antiguamente corridas de toros, y la referida tradición sobre el origen de la ermita puede estar relacionada con esta costumbre.
En el siglo XVIII la plazuela servía de paseo, teniendo su arboleda. El jardín se inauguró en 1912 con el nombre de Cuauhtémoc, hoy del Carmen.
Dice el cronista Miguel de Alcalá y Mendiola que el Convento de Nuestra Señora del Carmen fue previamente una ermita bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios. Responsable de la edificación de esta última fue un vecino de la Puebla, don Fernando de Villanueva.
Según una tradición que refieren Cerón Zapata y Veytia, el regidor, lidiando un toro y estando en peligro de muerte, escapó milagrosamente, invocando a Nuestra Señora de los Remedios, en gratitud de los cual erigió esta ermita y colocó su imagen en ella. Así está pintado el suceso en un lienzo a mano derecha de la entrada de la iglesia. Para que la ermita estuviese mejor asistida, la cedió en 1552 al Gremio de Sastres que en 1554 erigieron una cofradía, hace algunos años aún habían sastrerías alrededor del parque, no por nada en el templo se encuentra su patrono que es San Homobono, vestido con su traje.
Por consiguiente; en el año de 1548 el Ayuntamiento de Puebla mercedó (regaló) al regidor Hernando de Villanueva, que iba a ser alcalde en 1555, un solar para hacer ahí una ermita dedicada a Nuestra Señora de los Remedios. Ese camino estaba situado “en el camino real que va a Atlixco, junto al terreno en esquina, a mano izquierda, como se sale de esta Ciudad, sirviendo entonces la actual Calle 16 de Septiembre.
El año siguiente, en 1549, se amplió la donación, destinándose a la ermita otros 3 solares.
Para el año 1585 llegaron a la Ciudad de México los primeros 12 frailes de la Orden de los Carmelitas Descalzos. En 1586 vinieron a Puebla, después de haber establecido su primer convento en México, los carmelitas descalzos, como la última de las cuatro grandes órdenes mendicantes. La orden debe su nombre a la montaña del Carmelo en Palestina, donde tuvo su origen en el siglo XII, recibiendo su regla por S. Alberto, italiano, patriarca de Jerusalén de 1203 a 1214, y que después fue reformada en España por Santa Teresa de Ávila con ayuda de San Juan de la Cruz (1568), constituyéndose los Carmelitas Descalzos.
La lejanía del lugar de la Plaza Principal había ocasionado que estuviera descuidado por lo que los carmelitas instalarán su noviciado para atender y salvaguardar el lugar.
Y fue en 1586 cuando obtuvieron del obispo Diego Romano la capilla de los Remedios, en donde construyeron su convento y suntuosa iglesia bajo la misma advocación.
En el plano de Medina de 1754 se ve que el convento abarcaba al Sur de la plazuela por lo menos 4 manzanas, en que había una capilla independiente, y Veytia cuenta que los religiosos sacaban considerable provecho de la venta de las peras, teniendo una espaciosa huerta de perales, cuyas plantas las habían traído de su finca en el pueblo de San Ángel cerca de México. En los primeros planos de Careaga de 1856 y 1863, en el terreno al Sur del convento está marcado como Huerta de las Peras, los frailes vendían sus peras durante la fiesta patronal del Carmen, fruto que es parte de los Chiles en Nogada que en futuro próximo tocaremos.
En 1859 la imagen de Nuestra Señora del Carmen se colocó en el altar mayor, trasladándose a la imagen de la Virgen de los Remedios a otro espacio.
Parece que los carmelitas tomaban mucho interés en la agricultura, pues se les atribuyó la introducción de la alfalfa en Puebla, casi desconocida hasta fines del siglo XVIII que, substituyendo los sembradíos de cebada verde para el pasto, han hermoseado nuestros alrededores.
En la fachada del templo se puede observar un mosaico de Talavera en el que se encuentra representada la anterior patrona del templo Nuestra Señora de los Remedios.
Después de la exclaustración de los frailes, el edificio del convento sirvió de cuartel. Sobre la clave del arco gótico que mira al Norte, hay una figura rombal que dice: 8º. BATN. EN 1874. Entonces probablemente se construyeron los curiosos lavaderos y estanques en el interior, y se transformó la fachada.