La diputada Laura Artemisa García Chávez, presidenta del Congreso de Puebla, hace balance de su primer año al frente de la 62ª Legislatura. Con más del 80% de iniciativas aprobadas por unanimidad, defiende que su gestión ha estado marcada por el consenso, la apertura al diálogo y la cercanía con la ciudadanía. Reconoce el reto de legislar en temas polémicos como la Ley de Ciberseguridad, pero subraya que lo fundamental ha sido garantizar la libertad de expresión y proteger a los sectores más vulnerables.
Por Zeus Munive
Laura Artemisa García Chávez sonríe con serenidad cuando recuerda su llegada a la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado de Puebla. No fue un camino sencillo: el peso de la historia estaba en contra. Nunca antes una mujer había sido electa para encabezar esa responsabilidad desde el inicio de una legislatura. “La confianza de mis compañeros no se la debo al género, sino a la capacidad”, dice, con un tono firme que refleja más convicción que vanidad.
La 62ª Legislatura se ha caracterizado por algo poco común en la política mexicana: el consenso. Más del 80% de las iniciativas aprobadas en este primer año fueron avaladas por unanimidad. Un récord que Artemisa atribuye a la madurez de un Congreso plural en el que conviven Morena, Verde, PT, PAN, PRI, Nueva Alianza, Fuerza por México y Movimiento Ciudadano.
“Desde el inicio dejamos claro que no seríamos una planadora. Sí tenemos los números, pero eso nos da más responsabilidad. Lo importante era privilegiar las causas de los poblanos por encima de los intereses partidistas”, explica.
El reto de ser mujer en la política
Cuando se le pregunta por el machismo en la política, no evade: “El machismo no se erradica fácilmente, es parte de la cultura. Será un cambio generacional. Pero en esta legislatura, debo decirlo, he encontrado respeto y un gran trabajo de equipo. Aquí he sentido respaldo, aunque en otros momentos de mi vida sí me enfrenté a esos obstáculos”.
La diputada confiesa que cree en el trabajo colectivo. No en las figuras solitarias ni en el personalismo político. Esa visión le ha permitido construir puentes con todas las fuerzas representadas en el Congreso.
Ciberseguridad: el debate que incendió a Puebla
El episodio más mediático de su primer año llegó con la polémica Ley de Ciberseguridad. Puebla fue el centro de un debate nacional. Los ojos estaban puestos en el Congreso local.
Artemisa recuerda esos días con frialdad: “Lo más importante fue no perder de vista el objetivo: proteger a jóvenes y mujeres que son víctimas de acoso o fraudes digitales. Como maestra, vi de cerca la impotencia de muchos padres. Teníamos que legislar”.
Pero también escuchó a periodistas y organizaciones que advirtieron riesgos para la libertad de expresión. “Si había una alerta, teníamos la obligación de atenderla. No podíamos legislar con soberbia. Abrimos foros, mesas de trabajo, escuchamos a todos. No se trataba de perder el tiempo, sino de perfeccionar la ley”.
El resultado fue un marco jurídico inédito en Puebla: se tipificó la usurpación de identidad, los fraudes digitales y el ciberacoso. “Lo fundamental era garantizar que la libertad de expresión nunca estuviera en riesgo. Y lo logramos”, afirma.
Un Congreso de consensos
Más allá de los debates polémicos, la diputada presume con orgullo que la mayoría de las iniciativas se aprobaron por unanimidad. “Eso habla del respeto entre las fuerzas políticas. El debate ha sido de altura. La oposición cumple con defender sus causas, nosotros las nuestras, pero entendemos que todos representamos al pueblo”.
El contraste con legislaturas pasadas es evidente: la actual incrementó la eficiencia en la aprobación de iniciativas y redujo el rezago legislativo. “No queremos ser una fábrica de iniciativas para la congeladora”, dice.
El balance y lo que viene
¿Cómo califica su primer año? La diputada no duda: “Ha sido un año de consolidación: cercanía con la ciudadanía, comunicación más clara y eficiencia legislativa”.
Y lo que viene, asegura, es profundizar en esos mismos ejes. “El gran reto es que la gente entienda cómo lo que aprobamos en el Congreso impacta en su vida diaria. Y también que sigamos legislando de cara a la ciudadanía”.
Con serenidad, Artemisa cierra la conversación: “Lo más importante no soy yo, son los 41 diputados y diputadas que representan las causas de Puebla. Con su profesionalismo y madurez hemos logrado construir consensos. Eso es lo que la gente espera de nosotros”.