¿Es verdad que con el frÃo se nos quitan las ganas? En los próximos dÃas se vivirá en España un desplome térmico y el frÃo polar hará su aparición estelar justo en el arranque de diciembre, según apuntan las previsiones de la AEMET y esto es algo que, según aseguran los expertos, podrÃa influir en el deseo sexual. De hecho, no sólo los cambios de temperatura, sino también la reducción de las horas de luz solar y la mayor afluencia de inclemencias meteorológicas asociadas al invierno pueden afectar negativamente tanto al estado de ánimo (por la bajada de los niveles de serotonina) como a la libido de hombres y mujeres. Si bien es cierto que, tal como explica Andrés Suro, sexólogo de Myhixel, en realidad no lo hace de la misma manera.
En el caso de los hombres los niveles de testosterona tienen a disminuir ligeramente en invierno, lo que puede suponer una pequeña merma de su deseo sexual; mientras que en el caso de las mujeres las fluctuaciones hormonales asociadas con el ciclo menstrual interactúan con los cambios estacionales de la libido, pero no tienen por qué provocar necesariamente una disminución del deseo. Lo que sà les sucede a ellas, según matiza Suro, es que en general son más sensibles a la falta de luz solar y a las inclemencias meteorológicas por lo que serÃa el clima, y no tanto las hormonas, lo que hace que las mujeres también sientan menos ganas de sexo durante los meses más oscuros y frÃos del año.
Lo que se puede percibir en ambos casos es que la respuesta al clima y a los cambios estacionales también está influenciada, según precisa el sexólogo de Myhixel, como factores psicológicos individuales como el estrés, la ansiedad y otros aspectos emocionales que se potencian en esta época del año y que, efectivamente, afectan al deseo sexual. Comparte esta opinión Mónica Chang, experta en bienestar sexual de Iroha, quien apunta que los efectos, por tanto, variarán entre todos los individuos y no todos experimentarán cambios en el deseo sexual debido a las variaciones estacionales. De hecho la experta opina que, en realidad, aquellos que lo hagan podrÃan estar influidos más bien por una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.
Además, tal como aclara Chang, las normas culturales y las experiencias personales desempeñarán un papel importante en la forma en la que estos cambios estacionales afecten al comportamiento sexual.
Escuchar y acompasar
A medida que nos adentramos en las estaciones más frÃas debe tenerse en cuenta, por tanto, la posibilidad de que existan variaciones en el deseo sexual tanto nuestro como el de la pareja. Por eso para mantener una vida sexual satisfactoria el sexólogo propone poner el foco en entender y escuchar a la pareja ajustando las expectativas a la nueva situación, pues puede darse la circunstancia de que uno de ellos sufra esos cambios y el otro no perciba alteración alguna. ¿Qué pasa entonces? Tal como alerta el experto de Myhixel, en ese caso pueden darse dinámicas de tensión, evitación, rechazo o incluso enfado si no se aborda de forma clara lo que está viviendo cada uno de ellos. «Esto puede derivar en sentimientos de inseguridad o baja autoestima, ya que se corre el riesgo de confundir el bajo deseo de la pareja con un problema subjetivo de ‘no sentirse deseado«, argumenta. Asimismo, el sexólogo explica que también puede darse la circunstancia de que la pareja con menos ganas de sexo se sienta agobiada y desbordada por las veces que le demandan tener relaciones, lo que puede provocar rechazo o incluso sentimientos de rencor a largo plazo.
Soluciones prácticas
Lo primero que se debe hacer es hablar abiertamente del deseo pues lo cierto es que éste fluctúa, no sólo según la estación del año, sino también según el momento del dÃa, la edad que tengamos, los acontecimientos que vivamos y otras muchas circunstancias. Por eso lo lógico, según propone Suro, es expresar honestamente cuáles son los cambios que más nos afectan y de qué forma nos afectan. Esto requiere, según avisa, una introspección y una evaluación previa sobre nuestras necesidades y deseos.
Otros recursos efectivos pueden ser, según propone el experto, la creación de un ambiente cálido y acogedor en el hogar, la exploración de las fantasÃas y la incorporación de juegos previos más largos. «No olvidemos que la intimidad no se limita únicamente al acto sexual y las muestras de cariño pueden ser igualmente satisfactorias, asà como las conversaciones de pareja Siempre que se busquen soluciones, ya sea a la falta de control eyaculatorio o a una situación que nos agobia, hablar con la pareja puede ser el inicio de la mejor situación», aclara.
También los juguetes eróticos pueden convertirse en aliados para paliar los efectos de las variaciones estacionales de la libido ya que, según revela Suro, pueden añadir un elemento de emoción y diversión a la vida sexual y reavivar la pasión que ayude a compensar esa posible disminución del deseo. Además, según propone, aquellos que tienen ‘modo vibración’ pueden ayudar a encontrar la intensidad que se necesita en un momento en el que la energÃa de los encuentros sexuales puede ser algo más baja. No hay que olvidar que, según apunta el sexólogo, a muchas personas el frÃo y la oscuridad del invierno les vuelve algo más perezosos.
Por su parte, la experta de Iroha propone la masturbación, ya sea con juguetes con vibración o sin ellos, como una fórmula de autocuidado que puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo, reducir los niveles de estrés y favorecer el descanso.
(Con información de ABC)