Avatar: El Camino del Agua está a punto de estrenarse. También, de relevar el resultado de los largos años de trabajo del director James Cameron. La inmediata secuela del éxito del 2009, es mucho más que una manera de profundizar en el mundo original.
Es un recorrido bien construido a través de un fenómeno cinematográfico difícil de explicar. No solamente se trata que James Cameron trabajo durante más de una década en un film que será la piedra angula de una saga. A la vez, es una mirada a un nuevo tipo de producto de entretenimiento por completo distinto a cualquier otro.
Avatar, como saga, está elaborada para sorprender, pero a la vez, para reconstruir el mundo del cine desde elementos muy puntuales. James Cameron ha dejado claro que más allá del retorno a la querida historia, es un experimento arriesgado en torno a narrativa. Al mismo tiempo, es una mirada a la cultura pop desde un ángulo por completo novedoso.
«Avatar: El camino del Agua» y su búsqueda de un lugar en la historia
¿Puede producirse un fenómeno del espectáculo a gran escala de forma deliberada? Cameron, especialista en profundizar y analizar el cine como una forma de evolución en lenguajes específicos, está decidido a convertir a la franquicia en un mundo nuevo. Uno que sea capaz de explorar un universo concebido como un hecho de largo alcance, desde el punto de vista argumental y visual.
Ya en el 2009, el director lo logró. Avatar se convirtió en la película más taquillera de la historia y un hito en la ciencia ficción. A pesar de su historia sencilla y también, su énfasis en una historia autoconclusiva, el film se convirtió en algo más. En especial, Pandora, uno de los mundos cinematográficos más famosos y queridos del mundo del entretenimiento. Ahora bien, la gran pregunta es inevitable ¿Logrará Cameron el mismo impacto?
Lo más probable es que sí, incluso en el caso poco probable que no sea un éxito de taquilla inmediato. Avatar: El Camino del Agua está concebida para analizar y reflexionar acerca de un tipo de producción extraordinaria de alto calibre. Un paisaje que abarca explorar en los límites de Pandora como ente cinematográfico, si no también, llevar la historia original a una dimensión desconocida. El film será parte de la historia del cine, incluso sin que alcance las astronómicas cifras que su director espera lograr en su llegada a la pantalla grande.
La noción sobre una saga concebida a gran escala
La saga Avatar es mucho más que un conjunto de películas. De hecho, el director James Cameron, dejó claro para Collider que se trata de un “sueño”. Según describió en la extensa entrevista, cada elemento de la futura franquicia está concebido para crear un universo total.
A una escala, que permita al director profundizar nos solo en sus personajes, si no también en su ya icónico planeta Pandora. Cameron analizó en su totalidad la narración sobre Avatar a partir de la perdurabilidad de un concepto. Uno basado en la familia, los vínculos, la herencia y la creación de una cultura ficticia cuidadosamente imaginada. Nada en la saga, es fruto del azar.
Avatar siempre un paso adelante en el mundo de las franquicias
Algo que separa a la franquicia de otras tantas producciones actuales. Aunque las grandes franquicias y sagas dominan el escenario cinematográfico en la actualidad, pocas son parte de un plan estratégico.
Incluso, el muy exitoso Universo Cinematográfico de Marvel, se ha desplazado en más de una ocasión en el terreno del ensayo y el error. De hecho, en más de una ocasión, el todopoderoso productor Kevin Feige admitió que haber cometido errores. Algunos, que indican que la estructura de la franquicia está sostenida sobre la base de experimentación.
La saga Avatar, en cambio, es un proyecto elaborado punto a punto. Con una atención al detalle obsesiva por parte de Cameron y un futuro basado en una cuidadosa estructura. Lo que sin duda convertirá a Avatar. El Camino del Agua, en una nueva percepción de un recorrido novedoso, argumental y de trascendencia a futuro.
Un proyecto que crea sus propios avances técnicos
Para el 2009, Avatar cambió por completo el uso los efectos especiales basados en la tecnología de captura de movimiento. La película, que basa su guion en la interacción de personajes digitales con un entorno creado digitalmente, sorprendió. Pero hizo mucho más que eso. Demostró que Cameron estaba más que dispuesto a generar sus propios recursos tecnológicos para sus guiones e ideas visuales.
Lo mismo ocurre con Avatar: El Camino del Agua, para la que Cameron concibió toda una nueva visión acerca de la filmación submarina. La trama de la película, transcurrirá casi por completo en nuevos escenarios, la mayoría de ellos acuáticos. Junto con el experto cinematográfico Pawel Achtel, el director proyecta cambiar de manera radical la forma de filmar en entornos oceánicos.
Nueva tecnología para un nuevo mundo
El invento procede del trabajo de la empresa de Pawel, Achtel Weta FX. Según explicó este último a fxguide, la idea básica, tanto de Cameron como la suya, era encontrar una forma de filmar que pudiera enfrentarse a la distorsión del agua. Lo que requirió una investigación acerca de las propiedades de la luz, el cristal y la tecnología de punta que dio como resultado efectos especiales asombrosos.
“Filmar bajo el agua siempre es extremadamente difícil porque los colores se caen debido al agua” explicó Pawel. “Las ondas de la luz azul son las que mejor viajan bajo el agua. Pero como regla, la cinematografía marina tiene que lidiar con que las ondas de luz roja se disuelven cuando se alejan más de 2 metros del lente. Hacer captura de movimiento es todavía más complejo”.
Pero luego de largos años de experimentación, Achtel Weta FX, logró el efecto, y mucho más, captar la percepción del movimiento acuático de forma novedosa. La empresa utilizó una cámara RED con lentes Nikon modificados según los resultados específicos que Cameron deseaba lograr.
Lo más importante, es que se trata de un logro que revolucionará por completo la forma de filmar bajo la superficie acuática. La tecnología impulsada por Pawel y Cameron, evita la distorsión, el cambio cromático e incluso, las curvaturas inevitables de la imagen bajo el agua. Un logro mayor que convierte a la secuela de Avatar en un suceso tecnológico independiente, incluso a su éxito en taquilla.
Es un evento que unirá a tres generaciones de cinéfilos
Avatar es una de las películas más queridas de la historia. El estreno de su secuela, logrará algo que pocas películas han logrado en la historia reciente. Reunir bajo un mismo espectáculo cinematográfico a varias generaciones de cinéfilos. Tanto los que llenaron los cines durante el 2009 hasta los que siguieron con atención la creación de la saga aún por estrenarse. Lo cierto es que el film recorrerá un trayecto poco usual para una producción del mundo del entretenimiento.
Más allá de profundizar en su entrañable historia de origen, Avatar: el Camino del Agua, cumplirá la promesa de un recorrido por Pandora y sus escenarios. Una aventura que buena parte de los fanáticos aguardaron con impaciencia por más de una década. Ahora, un grupo número de espectadores podrán paladear la experiencia total del comienzo de una saga que vieron nacer. Mucho más, que convirtieron en un perdurable fenómeno cinematográfico. Algo de lo que muy pocas películas pueden presumir.
(Con información de Hipertextual)