Hacer una evocación a la tierra y las manos que la trabajan condujo el camino hacia la creación de una edición limitada de Tequila Don Julio 1942, cuyas botellas fueron meticulosamente intervenidas por artesanos de la comunidad Wixárika.
De esta forma se dio origen a una colección de 1,200 piezas con el mismo diseño, producto de una iniciativa llevada a cabo mediante la colaboración con Ensamble Artesano, plataforma que pugna por garantizar los ingresos justos a las familias y comunidades de artesanos.
Crear cada una de las exclusivas botellas implicó un trabajo de 45 días, en promedio, para dar vida a un diseño caracterizado por el uso de hilos de estambre y lana. En todos los casos fueron hechas a mano alzada para entretejer hilo a hilo elementos que han caracterizado el trabajo de la comunidad Wixárika.
A decir de los involucrados en el proyecto de esta forma se busca representar la sabiduría y la conexión con el espíritu. Para ello, el diseño resalta espirales y estrellas que dan voz a todos los sueños que entrelazan y que inspiran a seguir adelante; grecas, las cuales simbolizan la unión con la comunidad, y la tierra como el centro de todo, en donde surge la esencia de la sociedad y de México en su conjunto.
Los artesanos que trabajaron estas piezas pertenecen a los estados de Jalisco y Nayarit; fueron varias manos los que debieron involucrarse en el proceso para conseguir crear más de un millar de botellas.
Piezas artesanales
La colección —que lleva el nombre de “TDJ 1942 ‘Me Quito el Sombrero por México’ edición limitada, arte Wixárika”— es resultado de una selección de agaves horneados, cocidos en hornos de barro tradicional. Con ello, fusiona notas de sabor en agave rostizado, vainilla, frutas tropicales, canela y un toque de especias.
Con información de Forbes/ Foto: GatoPardo