[su_heading]Marco Calderón[/su_heading]
Si una característica tuvo el humor de Gaspar Henaine Pérez (Chignahuapan 1926 – Ciudad de México 2011) fue su inocencia. No por nada, con su personaje Capulina se ganó el mote de “El campeón del humorismo blanco”. Sin embargo, su sobrenombre artístico tiene detrás una historia bastante más atrevida de los que se podría imaginar.
En 360º-Instrucciones para vivir en Puebla les contamos toda la verdad sobre el origen del singular apodo.
Antes de ser la leyenda cómica que lo inmortalizó, Gaspar Henaine fue miembro de miembro del trío “Los Trincas”, donde lo mismo cantaba que declamaba versos y hasta bailaba. Durante una presentación en el Teatro Follies, en la que Henaine improvisó un número de tap, un entusiasta le gritó: “¡Muévete, Capulina!”, lo que de inmediato provocó el enojo del joven artista.
En algunos lugares de México, con este sobrenombre se le conoce a ciertos arácnidos bastante tóxicos. Pero no fue esta la razón del enojo del comediante, sino que el grito que profirió el espectador hacía referencia a una perra.
Resulta que por aquellos años estaba de moda un chiste en el que un policía sorprende a un joven en actitud zoofílica con una perra. De inmediato le llama la atención y el joven le recrimina: “¿La perra es suya?”, a lo que el policía contesta que no. Sin perder tiempo, el joven voltea hacia el animal y le exclama “¡Pues muévete, Capulina!”.
De modo que, a pesar de su carrera como humorista inocente, el origen del famoso mote fue bastante más bochornoso de lo imaginable. Fuera de ello, Gaspar Henaine gozó en vida de un prestigio que muy pocos lograron alcanzar.