Después de que el gobernador Alejandro Armenta Mier hiciera un llamado público al Grupo Proyecta —propiedad de los hermanos Gabriel, Rafael y Alejandro Posada Cueto— para que donen dos hectáreas de tierra destinadas a viviendas para policías poblanos, y advirtiera que, en caso de negarse, iniciará el proceso legal de expropiación de cuatro hectáreas, se desató una andanada de bots y cuentas anónimas en redes sociales atacando la petición del mandatario.
El contexto es clave: durante la habitual rueda de prensa de los jueves —la llamada mañanera poblana— un reportero preguntó al coordinador del gabinete, José Luis García Parra, sobre la reubicación de la caseta de Atlixco. Fue entonces cuando el gobernador tomó la palabra:
“Ya entrados en calor, le vamos a pedir a Grupo Proyecta dos hectáreas en un mes, o proceso de expropiación a cuatro hectáreas. Lo que ustedes decidan, con todo cariño y respeto. Pero vamos a trabajar por la seguridad (…) Les ha ido muy bien, que compartan la riqueza por el bien del pueblo”.
Y, como era de esperarse, en Twitter no faltó quien se desgarrara las vestiduras. Pero seamos francos: si alguien se ha enriquecido al amparo del poder y con la complicidad de distintos gobiernos, son precisamente los dueños de esa compañía.
El gobernador, hay que decirlo con claridad, no acusó a los Posada Cueto de nada. Simplemente les pidió donar unos terrenos como un acto de justicia social. Si no lo hacen, existe una vía perfectamente legal: la expropiación.
No perdamos de vista los antecedentes. Los negocios del Grupo Proyecta no son precisamente un modelo de transparencia. Baste recordar la investigación del reportero Mario Galeana, publicada el 4 de octubre de 2017 en el diario 24 Horas Puebla, con un título que dice mucho: “Posada Cueto, el apellido con el más negro historial”.
En ese reportaje se señala:
“A través de escrituras apócrifas, de la cooptación del Registro Público de la Propiedad, jueces, notarios, ministerios públicos, políticos o misteriosos dueños que emergen de la nada diez años después, los Posada Cueto siempre consiguen la tierra que desean.
“Y ha sido bastante. Muchísima. La suficiente para que emerja de ella el desarrollo inmobiliario más exclusivo de la zona metropolitana del estado, sin que muchos recuerden que, alguna vez, esa misma tierra fue propiedad de campesinos.
“En sólo nueve años, la avasallante máquina de construcción de los Posada Cueto convirtió cientos de hectáreas —la mayoría campos de cultivo; otras, simplemente inutilizadas— en lo que hoy se conoce como Lomas de Angelópolis, construido en San Andrés Cholula, pero expandido hasta San Bernardino Tlaxcalancingo y Santa Clara Ocoyucan”.
Aquí la liga para los interesados: https://24horaspuebla.com/2017/10/posada-cueto-el-apellido-con-el-mas-negro-historial/
Pero no es sólo ese reportaje. En La Jornada de Oriente han corrido ríos de tinta documentando denuncias de campesinos que aseguran haber sido despojados de sus tierras, en ocasiones por sumas ridículas, y otras, simplemente sin pago alguno. A eso se suma el encarecimiento desmedido del suelo poblano provocado por desarrollos como Lomas de Angelópolis, que elevó los precios de viviendas y oficinas a niveles inalcanzables para la mayoría.
Lo que Armenta pide no es un favor. Es un acto de justicia elemental: que quienes han ganado tanto, gracias a la complicidad gubernamental, devuelvan un poco a quienes hoy carecen de lo más básico: una vivienda digna.
Ojalá Grupo Proyecta escuche. Porque sí, muchos policías en Puebla no tienen un techo propio. Y esto no se trata de ideologías ni de pleitos políticos: se trata de que todos ganen. Se trata de devolverle al pueblo, al menos un poco, de lo mucho que se le ha arrebatado.