Por Marco Antonio Martínez
Revisemos la historia y preguntémonos: “¿Cómo o porqué llega el “libertador” a Puebla?”
En enero de 1821 llegaron las ordenanzas peninsulares que desconcertaron a los ricos comerciantes y a la iglesia porque la aplicación de esa legislación liberal suprimía las órdenes religiosas, se cancelaba el fuero a la iglesia, y se le reducían los diezmos.
La inquietud que generó en Puebla, la famosa ciudad de los Ángeles, fue enorme. Prelados y monjas pedían audiencia al virrey Ruiz de Apodaca.
El desconcierto había hecho mella y autoridades religiosas de alto nivel y empresarios, fraguaron un plan para pacificar al territorio e independizarse de otra manera del lejano gobierno.
Cuando llega a Puebla el responsable de la aparente reunión de los distintos jefes de las guerrillas que se encontraban dispersos en las montañas sureñas y costas de Veracruz., venía de donde se había firmado el Plan de Iguala en febrero.
Nicolás bravo, el 17 de julio, celebró un armisticio con el comandante de Puebla, Ciriaco del Llano. Gracias a los términos conciliadores de las Tres Garantías y a la conducta del ejército bien disciplinado, los mismos españoles, disgustados en parte por la Constitución liberal que las Cortes habían restablecido el año anterior, comprendieron que la causa de España ya no podía sostenerse.
El 28 de julio, después de la llegada de Iturbide, primer jefe del ejército imperial de las Tres Garantías, se firmó la capitulación, según la cual las fuerzas españolas evacuarían a Puebla para embarcarse para España.
Las tropas expedicionarias, como desde entonces se llamaban, salieron el 1º de agosto, y al día siguiente, Iturbide hizo su entrada solemne, hospedándose en el obispado.
El domingo, 5 de agosto, la Ciudad juró la Independencia. En las casas del Cabildo, delante de un altar con el Crucificado, recibió Iturbide el juramento del primer alcalde Carlos García, Habiendo tomado el alcalde el juramento a los regidores, Iturbide asomóse a los balcones que caían a la Plaza Pública, se leyó el plan y se tomó el juramento al público. La misma ceremonia se repitió desde los balcones del Palacio Episcopal y del colegio del Espíritu Santo, en imitación de la jura del rey.
En la casa de la Calle de Morados núm. 10 (Av. 7 Or. núm. 2), hay una placa que dice: “en este departamento del antiguo Palacio Episcopal estuvo hospedado el libertador de México don Agustín de Iturvide que entró en Puebla, al frente del ejercito trigarante el 2 de agosto de 1821, haciéndola independiente, antes que ninguna otra capital de provincia en la Nueva España. Centenario de la independencia, 2 de agosto de 1921”.
Según otra tradición, Iturbide se hospedó en la Casa del Mendrugo, en la Calle de la Palma.
Por cierto, el obispo Antonio Joaquín Pérez es quien monta la bienvenida de Agustín.
La receta de los Chiles en Nogada que llegó a Atlixco
La familia Traslosheros ha conservado por generaciones sus recetarios, aunque como se ve fue una familia de la Puebla de los Ángeles, como sabemos los chiles en nogada como son un platillo ya tradicional de la región y que se preparan en una época determinada del año.
Tras indagar encontramos que en la Calle del Mesón de Priego, hoy Avenida 9 Oriente entre la 8 y 10 sur, en donde en 1704 “el bachiller Jerónimo Fernández de Pliego, presbítero domiciliario de (con domicilio en) este obispado”, vendió al capitán Francisco González de Traslosheros, alcalde ordinario de esta Ciudad, y abuelo de la señora Azcárate, “unas casas altas y bajas y un mesón con una tienda en la esquina, en el barrio de Analco, en la calle derecha que va de dicho barrio a la iglesia de la Sta. veracruz (Concordia; Av. 9 oriente), y dan vuelta a la tenería que fue de Juan Díaz Gómez, calle en medio”. Pero la venta se anuló.
De acuerdo a Ricardo Muñoz Zurita en los Chiles con Historia y Nombre dice: “La primera persona que los elaboró en la familia y de la que se tiene memoria fue la señora Azcárate Pérez de Traslosheros (1832-1896), originaria de Puebla, quien aprendió a prepararlos de la familia Azcárate… …o de la familia Pérez”, su abuelo lo ubicamos también en 1832, quien fue dueño de una de las casas de Manuel Pérez Salazar Méndez Monte, y que después perteneció al Sr. Lic. Francisco Pérez Salazar. Y continúa: “Posteriormente, la señora Laura Ávalos Elizalde de Traslosheros (1872-1946), originaria de Atlixco los aprendió a hacer de su suegra…”. Con esto quiero decir que el Chile en Nogada es parte de la historia culinaria de la región de La Puebla y las comunidades cercana a los Volcanes, espero que les haya gustado tanto la leyenda como la historia y les hago una cordial invitación para ir a la Feria de Calpan en este mes de agosto.