La arquitectura es la expresión del tiempo y las construcciones que han permanecido a lo largo de los años son aquellas que fueron creadas con verdadera inspiración y con el propósito de romper esquemas. Pocos arquitectos han dejado huella en el mundo de una forma tan sustancial, como Antonio Gaudí, quien se adelantó a su época creando espectaculares edificaciones que transpiran vida en cada centímetro.
Barcelona lleva el legado de Antonio Gaudí en su arquitectura y recibe millones de turistas anualmente en busca de las obras maestras del arquitecto modernista, que combinó los detalles naturalistas con una influencia oriental y gótica, y supo crear un lenguaje arquitectónico propio, mismo que aún hoy impresiona al mundo.
Gaudí, quien nació el 25 de junio de 1852 fue uno de los pioneros de las vanguardias artísticas del siglo XX. Su actividad profesional la desarrolló en Barcelona, España, ciudad en la cual se conserva este gran patrimonio. Su obra se considera una excepcional contribución creativa al desarrollo de la arquitectura, así como a la tecnología de la construcción.
Antoni Gaudí murió el 10 de junio de 1926 al ser atropellado por un tranvía, de camino a la Sagrada Familia, en el barcelonés Hospital de la Santa Creu. Te presentamos una selección de las obras más importantes de este genial arquitecto:
Templo Expiatorio La Sagrada Familia
Quizá la obra arquitectónica de Antoni Gaudí más importante sea La Sagrada Familia, reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 2005. Aunque no la concluyó, su diseño posee tres fachadas monumentales, una por cada faceta de la vida de Jesús: Nacimiento, Pasión y Gloria. Como la naturaleza fue una de sus fuentes principales de inspiración, el templo posee columnas con forma arborescente que hacia las alturas están bifurcadas en ramas.
El Parque Güell
Este enorme jardín posee peculiares elementos arquitectónicos. Aunque inicialmente se pensó construir ahí un conjunto residencial de lujo, con el paso de los años se abandonó la idea y se construyó un parque que parece sacado de un sueño. Sus formas onduladas, columnas con aspecto de árboles, figuras de animales y formas geométricas —así como el hecho que la mayor parte de las superficies están decoradas con mosaicos realizados con trocitos de cerámica de colores—han contribuido a su fama.
Casa Batlló
Después que Josep Batlló i Casanovas adquirió el edificio original, en 1904 contrató a Antoni Gaudí para que remodelara la vivienda. El resultado fue una completa transformación de la fachada, ampliando el patio de luces y haciendo de su interior una obra de arte, la cual desde 2005 es Patrimonio Mundial de la UNESCO. En su construcción se utilizaron materiales como: hierro forjado, madera, azulejos de cerámica, o adornos hechos como piedra arenisca para dar vida a formas que han trascendido el tiempo.
Casa Milà
Su fachada ondulada y el techo escultórico surrealista hacen que la obra, ubicada en el centro de Barcelona, pareciera que está tallada directamente desde el suelo. Más conocida como La Pedrera su diseño se inspiró en el estilo Art Nouveau de España. El edificio se construyó como dos bloques de viviendas, con accesos independientes, interconectados por dos grandes patios interiores.
Casa Vicens
En 1878 Antoni Gaudí recibió su primer encargo de envergadura, también considerada como su primera obra maestra. Este es un proyecto imaginativo, moderno e innovador en donde el artista utiliza numerosos elementos estructurales, decorativos y simbólicos que acabaron definiendo su lenguaje arquitectónico. Esta casa de pequeñas dimensiones fue estructurada en cuatro niveles.
Capricho de Gaudí
A diferencia de la mayoría de sus creaciones, localizadas en Cataluña, esta se encuentra en Comillas, en Cantabria. Llamada realmente Villa Quijano, se conoce como «El Capricho» por tratarse de un encargo del concuñado del Marqués de Comillas, que deseaba una residencia de verano de tipo oriental. Este proyecto lo realizó en paralelo al de la Casa Vicens.
Con información de Forbes