En plena crisis sanitaria, los gobernadores del país se convirtieron en señores feudales o en caciques. Ya no le hacen tanto caso al presidente que no se fue a su casa pese a que su subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, exigió guardarse a todos los mexicanos en sus viviendas para no ser contaminados y para no propagar el virus.
En cada estado del país ya se regresó a esa vieja práctica que se instauró con Vicente Fox. No importa si es que sean del PRI, del PAN o de Morena. Cada gobernador hace lo que se le viene en gana. Incluso utilizan sus propios recursos y medios para mandar mensajes contra el líder de la cuarta transformación.
Para demostrar que el poder es para poder y si llegaron a gobernar es para eso y sino entonces para qué. La imagen del presidente ha tenido una caída. Podrá recuperarse si es que las medidas sanitarias que asuma ayudan a contrarrestar el Covid-19. Ahí los gobernadores se ajustarían nuevamente a lo que diga su líder, pero mientras tanto, mientras eso ocurre en cada estado se hace lo que quiera.
Lo demás es demagogia.
No es por un país federalista.
No es por la República.
Es porque los mandatarios saben que tienen más poder a través de sus cámaras locales y de sus diputados federales para presionar al inquilino de Palacio Nacional.
Mientras el país entero está comiéndose las uñas (desinfectadas con agua y jabón o con gel antibacterial) el presidente se va a tomar selfies en el aeropuerto, a comer tacos con los chicos de Badiraguato, a saludar a la mamacita del Chapo, a besar y saludar de mano al que se le presente, los gobernadores ven ahí un vacío de poder.
Ven un vacío de poder cuando el secretario de Salud fue rebasado por un subalterno como es López Gatell quien en la práctica es el vocero oficial de la crisis sanitaria, aunque se aviente sus puntadas .
Los gobernadores no son tontos y muchos saben leer mensajes; saben bien que un presidente que dos semanas antes decía que había que comer en las fonditas y que días después, un desesperado funcionario federal de segundo nivel le salió a corregir la plana es para aprovechar esos yerros y para hacer que sus chicharrones truenen en sus respectivos estados.
No hay nada más perverso que los poderes legislativos y que los señores feudales o caciques, pues saben que de ellos depende la gobernanza cuando el sistema presidencial se ve debilitado.
Será interesante ver cómo actúan los mandatarios en sus respectivos reinos, pues algunos podrán ser prudentes mientras que otros se desbocarán en acciones rudísimas como encarcelar opositores, incluso alcaldes, descalificar públicamente a los incómodos y denostar a empresarios que no coincidan con su forma personal de gobernar.
Así que no solo viviremos una crisis sanitaria, veremos un presidente que manejará su propia comunicación y hará sus cajas chinas, vendrá una crisis económica que afectará a miles de mexicanos y tendremos en varios estados del país a mandatarios que actuarán como caciques de rancho: haciendo que solo su ley sea la más valiosa.