¿Es un hecho que el morenovallismo provocó un estado de inseguridad?
Es un hecho.
¿Es un hecho que al secretario de Seguridad Pública estatal de Rafael Moreno Valle lo agarraron con las manos en el huachicol?
Es un hecho y dos de sus subalternos custodiaban a criminales que transportaban el hidrocarburo, por eso lo dieron de baja.
¿Es un hecho que durante el sexenio de Moreno Valle no se querían admitir los incrementos en la violencia y en feminicidios?
Es un hecho: lo que decían los funcionarios, palafreneros de Casa Puebla y lambiscones del viejo régimen es que no querían que se afectara la imagen de Puebla en el ámbito turístico, por eso se negaban a pedir la alerta de género, por eso siempre se rechazó en público que hubiera una crisis de seguridad. Las aspiraciones presidenciales de Moreno Valle hicieron que se ocultara la realidad, pues le afectaría.
¿Todo lo anterior es la causa de lo que vivimos actualmente?
Sí y no.
Es cierto que durante el sexenio de Rafael Moreno Valle fue el destape de crímenes contra las mujeres, violencia en las calles, asaltos en transporte público y un total descontrol de la seguridad. Ahora, en este momento, solo responsabilizar a los anteriores sería un error porque ellos ya no están. Rafael Moreno Valle murió un 24 de diciembre del 2018 y con él se vino abajo un grupo político que tenía tentáculos en casi todos los partidos políticos.
El gobierno anterior fue responsable -por supuesto que lo fue–, así como sus partidos aliados en el PRI, PRD, Movimiento Ciudadano, Partido Verde, PSI y no sé cuántas aberraciones políticas más se crearon, pero eso ya fue; ahora importa que el actual gobierno estatal se arremangue la camisa, se afloje la corbata y se ponga los guantes, en vez de estar atacando periodistas incómodos al régimen o rectores que no son de su agrado, tiene que ver que su verdadero enemigo está en las bandas del crimen organizado. No en la sociedad civil.
La marcha de los estudiantes de la semana pasada fue un grito desesperado para que pongan atención a las demandas y que hagan algo las autoridades. Castiguen a quien tengan que castigar, encarcelen a quien tengan que encarcelar y combatan la delincuencia.
Lo ocurrido el ocho y nueve de marzo es para que las autoridades pongan atención y combatan los crímenes contra las mujeres; se establezcan protocolos de seguridad y se garantice que ellas no están solas y serán protegidas, aunque ese será un tema más complejo porque primero hay que erradicar el machismo de los hogares, pero es parte de un cambio que hay que hacer.
Responsabilizar exclusivamente a los gobiernos anteriores, es como cuando una persona de más de cuarenta años quiere acusar a sus padres de sus problemas de conducta. Sí, es cierto que influyeron pero eso fue hace años y eso solo se arregla con terapia. Aquí es igual, sí, es cierto que se dejó crecer a la delincuencia organizada por omisión o por comisión, pero solo culpar a los anteriores no sirve de absolutamente de nada.
En términos generales, el sexenio actual aún comienza y están a muy buen punto de apretar las tuercas necesarias para que exista un cambio real y no solo gritos y sombrerazos. Aún tienen la confianza de la gente, sería bueno que no la desaprovechen.
O como dice José Rómulo Ortiz Sosa (José José): “Lo que un día fue no será”.
Ahí se los dejamos de tarea.