El 20 de mayo se conmemora el Día Mundial de las Abejas, las polinizadoras más importantes del mundo que hoy enfrentan un momento crucial en su supervivencia.
Las poblaciones abejas están acabándose. La actividad humana y la destrucción de espacios verdes que son necesarias para su alimentación están contribuyendo a su extinción. Esto no sólo sería lamentable para la especie, sino que incluso podría traer graves problemas para nosotros.
Hay cerca de 20 mil especies de abejas en el mundo, reconocidas como los polinizadores más importantes. Además de contar con patrones de vuelo y preferencias de flores únicos, muchas de ellas han tenido que adaptarse a los cambios en el ambiente para seguir consiguiendo alimento de éstas.
Pero ¿Qué pasaría si las abejas desaparecieran?
Un mundo sin abejas
Si las abejas llegaran a extinguirse, los ecosistemas de la Tierra serían los primeros afectados. Plantas, orquídeas y frutos que son polinizados por especies específicas dejarían de crecer, y no podrían reflorecer.
Seguido estarían los hábitats de diferentes especies: animales también se verían en peligro crítico de extinción, sin los alimentos de los que dependen naturalmente.
Para los humanos seguiría la escases, sin menos semillas, no se podrían reproducir fácilmente las plantas y los animales. Nuestras fuentes de comida disminuirían drásticamente y las redes alimentarias del planeta verían cambios dramáticos de los que no podrían recuperarse nunca.
¿Te gustan los arándanos y las cerezas? Bueno, estos frutos dependen un 90% de las abejas para su polinización. Aunque existen alternativas para reemplazar este proceso natural, son muy caras y complicadas.
En Japón se han implementado a nivel macro, ya que los costos para aplicarlo en los plantíos son excesivamente caros.
Más que perder una especie, la pérdida de las abejas le costaría caro al planeta y a la propia humanidad.