El arte de vivir (o sobrevivir) con el mínimo posible no se aprende de un día a otro. Pero no te preocupes, te entendemos y por eso, te dejamos algunos consejos para que aproveches al máximo tu poco ingreso.
La mayoría, tenemos sueldos que nos obligan a ingeniar sistemas de supervivencia quincenales en los que cualquier error o cosa no planeada, puede significar la diferencia entre invitarle un café a tu amigo o tener que hacer una dieta de arroz hervido y tortilla con sal hasta tu próximo pago.
La vivienda. Si eres de los aventureros que ya no quiere vivir con sus padres pero si rentas algo te vas a quedar sin comer, lo mejor que puedes hacer es rentar un cuarto en un departamento con roommates. Se van a dividir los gastos entre todos y además, si escoges bien, puedes hacer buenos amigos. Solo checa bien con quien vas a vivir para que no te salga alguien que hace rituales paganos a mitad de la noche y queme el desayuno sin abrir las ventanas.
De las mejores cosas que puedes hacer, más si no tienes coche, es escoger un lugar para vivir cerca de tu trabajo para que te puedas mover caminando o en bici, así evitas gastos de transporte. Si esta opción no es viable, por lo menos ve que el medio para llegar a tu trabajo sea fácil y accesible.
La comida. Ya que tienes techo, hay que pensar qué vas a comer. Sabemos que es tentador gastarte el dinero del mes en buenas comidas cuando apenas te pagaron, o vivir solo de frituras y comida chatarra pero probablemente no sea lo mejor para tu salud o tu cartera. Sí existen maneras de comer bien sin gastar tanto; compra lo más que puedas en el mercado, los precios por lo regular son menores que en los supermercados y la mayoría es más rico. Como tip, compra pasta; es deliciosa, no caduca, sabe bien con pocos ingredientes y es fácil de preparar.
Colecciona cupones y úsalos sin pena, a veces tienen promociones que valen la pena y no porque compres 12 latas de atún porque te regalan 4, te las tienes que comer en una tarde.
Las fiestas. Con las necesidades básicas cubiertas, puedes darte el lujo de salir. Te recomendamos optar por las fiestas caseras que no te hagan gastar más que en tu botella y si la haces en tu casa, probablemente tengas amigos que se apiaden de ti y te ayuden. Tus épocas de “el ron me da asco” terminaron, ahora tu trago favorito es el que haya. Si vas a salir a un bar o antro, lo mejor que puedes hacer es o precopear para no gastar tanto, o llevar en efectivo el límite de dinero que puedes gastar, deja las tarjetas en casa o te puedes llevar una sorpresa al día siguiente.
Salidas románticas. No necesariamente tienen que gastar, existen los atractivos culturales gratuitos que cada ciudad tiene, quedarse a ver pelis, los espacios públicos donde pueden caminar mientras comen helado y se conocen (sí, como le hacían nuestros abuelos). Pueden alimentar palomas mientras toman fotos como en alguna película de los cincuentas, demuestra tu ingenio y no quieras pretender que tienes algo que no.
Si ya has hecho lo que está en tus manos para ahorrar, chance tienes un extra (todo cuenta). Lo mejor que puedes hacer es no gastarlo en cualquier cosa. Sabemos que si te decimos que lo guardes y no lo toques es poco probable que nos hagas caso. Entonces, date lujos solo cuando ya hayas cubierto todo lo que consideras básico (de preferencia incluye comida, luz y gas).
Por último, no está de más pensar en tener dos trabajos si ya no quieres vivir tan al día y acuérdate de ponerle prioridad a tus gastos sin endeudarte nunca con las tarjetas de crédito, deja las compras por impulso en el pasado y recuerda que si trabajas mucho, este modo de vida es temporal.