Pablo Ferri | El País
Cielo azul en Tijuana. Poco tráfico. Camionetas suburban esperan la fila del valet parking en decenas de restaurantes de la Zona Río, calles y avenidas de hoteles y comederos nice. Los pájaros cantan, el runrún de motores potentes convive con el aroma del café y las tortillas fritas. Son las 9.15 del domingo, es la felicidad. A kilómetro y medio de allí la imagen es bien distinta. Otra fila, esta de personas, aguarda junto a la garita fronteriza de El Chaparral. Son cientos esperando su turno para anotarse en la lista. La Lista, mejor dicho, en mayúsculas, el objetivo de los migrantes que buscan el norte, la libreta que guarda las esperanzas de todos. Apuntarse allí es ya un logro. Da pie a que un día, de aquí a un mes o dos meses, o tres meses, crucen a Estados Unidos a solicitar asilo político.
Desde hace al menos medio año, cientos de migrantes, la mayoría centroamericanos, esperan en México la resolución de sus solicitudes de asilo en Estados Unidos. Otros tantos inician aquí sus trámites. Y después del acuerdo que alcanzaron el viernes ambos países, parece que cada vez serán más. Este sábado, en el acto por la dignidad de México que encabezó en Tijuana el presidente, Andrés Manuel López Obrador, su canciller, Marcelo Ebrard, anunció que como parte del acuerdo EE UU mandaría al sur a 8.000 solicitantes de asilo. Eso significa que Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez, principalmente, acogerán a un número creciente de migrantes en los próximos meses y que su maltrecha red de apoyo será expuesta a tensiones cada vez mayores.
El sábado, López Obrador dijo que como parte de los acuerdos alcanzados, Estados Unidos empezará a invertir en el sur de México y Centroamérica para atajar de origen el problema de la migración. «Desde la semana próxima», añadió, «estaremos ofreciendo ayuda humanitaria, oportunidades de empleo, educación, salud y bienestar a quienes esperen en México su solicitud de asilo para ingresar legalmente a Estados Unidos».
La idea de que México salió victorioso de las negociaciones contrasta con la imagen de El Chaparral. La vaporización de la amenaza de los aranceles choca con la realidad de los migrantes que ven su futuro inmediato —este mes, el mes que viene— como un conjunto de bardas, vallas y muros burocráticos, que los alejan de su meta.
El domingo, a las 9.30 de la mañana, La Lista ha cerrado. Ya no reparten más números hasta el lunes. Cientos de migrantes se han quedado esperando y apenas han protestado. La fila se ha deshecho como se deshace la espuma en la orilla del mar, sigilosamente. La última en apuntarse ha sido una mujer sinaloense de 40 años, que iba con sus tres hijos, de 15, 11 y nueve. La mujer ha preferido que su nombre no aparezca aquí por seguridad. Dice que los tres niños nacieron en California, así que por ellos no hay problema. El problema, dice con un pliegue de vergüenza en los labios, es ella. «Yo me junté con un guatemalteco allá del otro lado. Estuvimos nueve años allá, pero hace siete nos volvimos a Guatemala. El mes pasado mataron a mi esposo y tuvimos que huir», dice. Sus dos hijas y su hijo escuchan, ni atentos ni apáticos, como se ve la televisión recién despertado. Ausentes. La mujer no sabe qué hacer, si mandar a sus hijos a California con sus familiares o aguantarlos con ella. «Nunca se han separado de mí», explica. Lo bueno, al menos, es que un familiar de su marido les ha prestado su casa en Tijuana, así que no tienen que lidiar con el problema del alojamiento.
LA CRISIS MIGRATORIA, EN CIFRAS
Hace apenas unos días, la Patrulla Fronteriza de Estados
Unidos divulgó los datos de detenciones del mes de mayo, una cifra altísima
comparada con los meses anteriores. Agentes de la Border Patrol detuvieron a
132.887 personas, 33.000 más que en abril. Casi el 10% de los detenidos fueron
menores no acompañados. Niños que viajan solos.
El sábado, en el acto por la dignidad de México, López Obrador puso el foco también en los datos de menores no acompañados. «Quiero mencionar un dato conmovedor: de los 521.000 migrantes que han entrado a México este año, 159.395 son menores de edad y 43.875 viajaban solos», dijo.
Uno de los acuerdos de la negociación para evitar los aranceles fue el reforzamiento de la frontera sur de México. Para ello, el Gobierno desplegará hasta 6.000 elementos de la Guardia Nacional. «Reafirmamos nuestro compromiso de contribuir a evitar que los migrantes atraviesen el territorio nacional para alcanzar EE UU, pero jamás lo haremos violando los derechos humanos de los viajeros», dijo López Obrador el sábado. Desde el anuncio de los acuerdos, uno de los temores de los activistas es que el reforzamiento de la seguridad fronteriza podría implicar la revictimización de los migrantes.