El Rijksmuseum de Ámsterdam sorprendió al mundo al incluir en su acervo un preservativo del siglo XIX, elaborado con el apéndice de una oveja y decorado con una ilustración erótica.
La pieza, datada alrededor de 1830, presenta una escena inusual: una monja señala con las piernas abiertas a tres clérigos desnudos frente a ella, acompañada por la frase en francés “Voilà mon choix” (“Esta es mi elección”). La ilustración satiriza tanto el celibato como el Juicio de Paris de la mitología griega.
Este objeto es uno de los dos únicos ejemplares conocidos que han sobrevivido hasta nuestros días y, según los expertos, habría sido adquirido como souvenir en un burdel. Para el Rijksmuseum, la adquisición es una oportunidad única de explorar la sexualidad y la salud pública del siglo XIX, temas poco representados en su colección.
“Adquirir el condón nos ha permitido enfocarnos en la sexualidad y la prostitución del siglo XIX, un tema poco representado en nuestra colección”, declaró un portavoz de la institución.
La pieza estará expuesta en la Sala de Estampas del museo desde el 3 de junio hasta noviembre de 2025, dentro de una muestra que incluye grabados, dibujos y fotografías de la época. Esta sala, conocida por su rica colección de cerca de 750,000 impresos y documentos gráficos, se enriquece ahora con un objeto insólito que vincula arte, erotismo y salud pública.
El condón fue adquirido hace seis meses mediante una subasta con el apoyo del F.G. Waller Fonds, especializado en gráfica histórica. Su incorporación subraya cómo la impresión gráfica se utilizaba en contextos diversos, desde materiales educativos hasta objetos íntimos.
Además de ser un testimonio del ingenio y los recursos del pasado, la pieza pone de manifiesto la tensión entre el placer y los riesgos de la sexualidad en el siglo XIX, marcada por temores a enfermedades como la sífilis y embarazos no deseados.
Los primeros condones comerciales se remontan al siglo XVI, fabricados con intestinos de animales o lino. Sin embargo, fue en el siglo XIX cuando se popularizaron, coincidiendo con avances en su fabricación y un creciente interés por la salud pública.