Agua de las verdes matas,
tú me tiras, tú me matas,
tú me haces andar a gatas
(dicho popular).
Antes de la llegada de los millennials y centenials, el pulque no era bien visto por los fifís. A mediados del siglo pasado, el pulque lo refirieron para la clase baja ¿por qué? No se sabe con certeza. Fue hasta hace unos cuantos años que tanto el tequila, el mezcal y la llamada bebida de los dioses a la que dicen que solo le falta un grado para ser carne, según cuentan en los pueblos, regresó a donde siempre debería de estar: en las grandes ligas.
El pulman, el pulmón, la baba de oso, la baba dry, el tlachicotón, el tlachicote, y sus respectivos curados de melón, apio, tuna, fresa, guayaba y una gran cantidad de sabores, nuevamente es valorado por muchos que, en otros tiempos, le hacían el feo hasta a hacer el famoso alacrán sobre el aserrín de la pulcata o no veían bien tomarse una catrina, un camión o un tornillo (las medidas en las que se servía la bebida sagrada).
El pulque tiene entre cuatro y ocho grados de alcohol, por eso lo llaman también el “tumba gringos”. Hay quienes consideran que, por sus nutrientes, casi podría ser una proteína «le falta un grado para ser carne».
En sus orígenes, hace dos mil 500 años, se le consideró una bebida sagrada reservada para los dioses, sacerdotes y los tlatoanis. Tiene todo, para que te atrevas a disfrutarla.
Para empezar a catarla puedes visitar Tlaxcala, que se distingue por sus haciendas y casonas consagradas al pulque, donde además podrás hospedarte, degustar platillos prehispánicos exquisitos y hacer la Ruta del Pulque.
La Ex Hacienda Santa Bárbara, es la puerta de esta ruta, la antigua construcción del siglo XVII en otro tiempo fue una hacienda pulquera y hoy se promueve como una estancia rural.
Otro lugar para visitar es la Hacienda Soltepec, que te sorprenderá con comida elaborada con ingredientes prehispánicos, como nopales y gusanos de maguey, escamoles, hongos silvestres, huitlacoche y pulque, el cual se expende en el Museo del Pulque, ubicado a un lado de este histórico predio y donde también se muestra la parafernalia de esta bebida mexicana.
La ruta también incluye la antigua Hacienda Santa María Xalostoc que tienen como tours principales, las visitas a Xochuca, hacienda cercana en donde se prepara pulque o bien San José Atlanga, una ganadería dedicada a los toros de lidia.
De paso, no olvides pasar por Apizaco, ciudad comercial que aloja a Evoka, uno de los mejores restaurantes del destino, dirigido por el chef Francisco Molina, quien ha investigado todo acerca de las recetas e ingredientes del valle de Tlaxcala para incorporarlos a su menú. Por ello es común ver a viajeros hedonistas de otras ciudades y países que vienen acá para probar sus platillos.
Para una experiencia 360 grados:
- Recorre Huamantla, Pueblo Mágico, que resguarda una de las colecciones más impresionantes de títeres del mundo.
- Visita el Pueblo Mágico de Tlaxco y la Iglesia de San Agustín y haz un recorrido por el taller de platería.
- Aprovecha el verano para ver las luciérnagas en Nanacamilpa.
- En Huamantla, sorpréndete con los tapetes de aserrín en la Noche que Nadie Duerme, el 14 de agosto.
- Compra los bellos textiles hechos por las manos tlaxcaltecas que habitan la región.
Con información de: México Desconocido