Por un lado, está Morena dividida y en el opuesto: PAN, que está igual, dividido internamente. La diferencia es que uno está en el poder nacional, estatal y municipal y en el otro están luchando una guerra yunquistas, tradicionales y lo que quedó del morenovallismo.
En el primer grupo se pelean por todo. En el segundo su disputa tiene que ver no solo con la alcaldía sino con quien se queda al frente del PAN estatal en noviembre de este año. En esa guerra van a salir chispas y se verá quién es quien. Saldrán a relucir muchos traidores internos. Es la lucha de los nuevos contra los viejos, y en este último grupo ya hay morenovallistas.
Los enemigos de Claudia Rivera Vivanco está el grupo que apoya a Gabriel Biestro Medinilla y quienes se quedaron sin nada en la elección interna. Además de los seguidores del mandatario estatal Miguel Barbosa Huerta.
Los enemigos de Eduardo Rivera Pérez son Genoveva Huerta, Fernando Manzanilla, Pedro Gutiérrez, Tony Gali, su sobrino Ricardo Gali y muchos panistas de cepa que están molestos porque ven a Lalo con su chalequito rojo del PRI que el abanderado muestra orgulloso.
También hay muchos panistas que están cabreados porque ya les dijeron que no hay dinero para la campaña ni para el día “D”, a los que no les cumplió cuando fue alcalde del 2011 al 2014 y finalmente los que tienen que operar para personajes como Soraya Córdova Morán, líder Antorchista. Los antorchos históricamente fueron enemigos de Acción Nacional.
Quienes apoyan a Claudia Rivera están Alejandro Armenta Mier, Fernando Manzanilla Prieto, Tony Gali Fayad, la estructura municipal (no toda) cuenta con poco respaldo de medios de comunicación y a nivel nacional sí hay personajes de Morena que la respaldan.
Los soportes de Rivera Pérez están el Yunque, Jesús Zaldívar, algunos panistas tradicionales y su actual avanzada que es Mario Riestra Piña, de ingrata memoria porque fue el encargado de aprobar la privatización del agua potable, el robo de macetas del Congreso del Estado, la reforma legal que le quitó poder a las juntas auxiliares en la entidad y la Ley Bala, estas dos últimas reformas provocaron la muerte de un niño en Santa Clara Ocoyucan, por cierto.
A Rivera Pérez lo apoyan gran parte de los medios de comunicación que querían ver a Biestro Medinilla en la boleta.
En el PAN están divididos porque ya vieron que sus candidatos a diputados federales no levantan, no comunican, no sirven de nada. Hay versiones internas que ya les mostraron que están en empate técnico y que no son las encuestas que les han vendido en las que supuestamente hay una diferencia de más de 14 a 16 puntos porcentuales.
En Morena están en crisis, porque además de hacer públicas sus diferencias internas, el caso del diputado federal Saúl Huerta acusado penalmente de pederastia después de que fue captado con un menor de 15 años en un hotel de la Cdmx, a quien drogó y engañó para supuestamente abusar de él sexualmente no hay manera de deslindarse de él hasta que sea desaforado.
Las contradicciones en las que incurrió el líder de los diputados Ignacio Mier Velasco primero al tratar de justificarlo y después ya censurarlo, puso en evidencia que algo huele mal en la bancada de Morena.
En los aspectos negativos de Claudia Rivera y Eduardo Rivera están muy parejos. No hubo grandes obras, ni grandes movimientos, ambos sufrieron el invierno del descontento del gobierno estatal, respectivamente. Se parecen en que ambos fueron denunciados y perseguidos por al Auditoría Superior del Estado. Ambos fueron víctimas mediáticas, pues los medios de comunicación los lincharon públicamente.
La ventaja de Rivera Pérez sobre Rivera Vivanco es que la memoria es corta y la gente no piensa en él como alcalde sino en Rafael Moreno Valle quien lo invadió y lo borró de la imagen del balcón municipal, recuerden que solo pudo enseñar su manita un 15 de septiembre en plena ceremonia del Grito de Independencia.
La ventaja de Rivera Vivanco sobre Rivera Pérez es que ha sido una alcaldesa más progresista (haiga sido como haiga sido) y que a ella se le han sumado los grupos que quieren el control para la elección del 2024. Otra ventaja es que cuando a los de Morena en Puebla les caiga el 20 que para ganar no solo la capital sino la zona conurbada: San Pedro y San Andrés Cholula, Cuautlancingo, Coronango, San Martín Texmelucan, Atlixco y Amozoc, no solo en las diputaciones locales sino en las federales tendrán que salir a apoyar a la alcaldesa porque el epicentro es la Angelópolis.
No existe el voto diferenciado y como ya se ha dicho hasta el soponcio: esta elección será de estructuras porque ninguno de los candidatos convence.
Así arrancan los comicios locales. En el que no será una elección para calificar al gobernador Barbosa Huerta. Sí ha puesto en la mesa que él no meterá las manos y que él pase lo que pase, mantendrá un Congreso estatal aliado para sus iniciativas. Él no jugará en esta. Quien sí será la marca Morena y la marca PRIAN.
Ganará no quien tenga la mejor estrategia porque en un mes es difícil posicionar una marca o candidato, será quien mueva más gente y opere mejor los recursos para los brigadistas. Y al parecer ahí ni uno ni el otro saben cómo hacerlo.