Así como hemos dicho que el peor enemigo de Morena es Morena, el PAN estatal tiene una verdadera oposición dentro y no es una oposición de ideas, no es un debate interno para llegar a acuerdos.
No, para nada.
El enemigo del PAN se llama Genoveva Huerta.
Es su fuego amigo, pues.
El problema de la lideresa estatal es que ella no ha entendido que es la dirigente. Que ella debe ser la voz cantante de su partido de oposición. Que debe generar los temas de debate y mover una agenda que hasta el propio gobernador Barbosa se voltee a verla y convoque a un diálogo.
No, Genoveva Huerta estaba diseñada para una dirección en la que no dirigiera (valga la redundancia) sino solo recibiera órdenes y las cumpliera. Una mujer que siguiera al pie de la letra lo que mandara en su momento Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso. Que el operador político de ese matrimonio le tirara línea y ya.
Y ya.
Porque para los albiazules los que obedecen no se equivocan.
Resulta que desde hace meses los viejos y nuevos líderes se reúnen para preparar su estrategia electoral para el 2021. Lograron amarrar acuerdos entre blanquiazules los tradicionales y los morenovallistas. De esa forma, se sentaron Eduardo Rivera, Humberto Aguilar, Ana Tere Aranda, Jorge Aguilar Chedraui, Pablo Rodriguez, Mario Riestra e impulsaron a Jesús Zaldívar para el Comité Municipal de la Angelópolis.
Dichas reuniones se siguen dando porque es claro que todos ellos quieren ser los abanderados por su partido en la ciudad de Puebla, pero también tienen claro que solo puede ir uno y que se deben sumar a la propuesta y que jugarán ya sea en la planilla de regidores, de candidatos a diputados locales y federales. Saben que existe la propuesta de una alianza con Movimiento Ciudadano pero que deben evitar el fracaso de Enrique Cárdenas y su asesor Gabriel Hinojosa.
Todos los arriba mencionados ya fueron a plantearle sus demandas a Marko Cortez quien tiene muy claro que su dirigente estatal está solo de adorno y que no suma, más bien resta y divide. Es un hecho la muerte de la pareja Alonso-Moreno Valle dejó huérfanos a los panistas y actúan todos como gallinas descabezadas.
Y quien debería tomar las banderas de oposición y de plantear este tipo de reuniones, es decir Genoveva Huerta, no hace nada. Al contrario, genera problemas con sus legisladores locales y con su propia estructura.
El PAN puede ganar solo por descontento con la cuarta transformación pero si piensan decir nuevamente que ganan hasta con un burro como lo expresó en su momento Antonio Sánchez Díaz de Rivera están equivocados.
Andrés Manuel López Obrador y su partido sigue arriba en las preferencias. Miguel Barbosa no va a dejar pasar un Congreso dividido que le genere problemas en su administración y tienen más posibilidades de mantenerse por un detalle: quien tiene los recursos y puede mover a toda una maquinaria es tanto Barbosa como el Presidente de la República.
Tiene más credibilidad como dirigente Jesús Zaldívar que la propia Genoveva Huerta. Ella (y dicho sea con el debido respeto por ser mujer) ha resultado un verdadero fracaso. Quizá ya no sea la opción pedir su remoción porque solo ahondaría en las diferencias panistas, pero sí es necesario que nombren un delegado o una comisión permanente que se encargue del proceso local.
El 2021 ya está a la vuelta de la esquina y así como se ven las cosas no se les ve una estrategia para jalar adeptos, a menos que jueguen solo a cachar la molestia contra Morena. En Puebla, no hay una real oposición. No hay quien dirija las banderas y contraste con lo que está ocurriendo.
Pero muy su partido y muy sus estrategias.
Nace Contra Réplica en Puebla.
Desde aquí un abrazo y deseo todos los éxitos al nuevo rotativo que le va a poner la sal y la pimienta necesarias a nuestra sociedad.
Un abrazo a todo ese gran equipo de periodistas, colaboradores y administrativos; y en especial a mi amigo Mario Alberto Mejía, a su brazo derecho Ignacio Juárez y por supuesto a Antonio Grajales Farías, su director general.
Buenas vibras de todo corazón para esa nueva opción informativa en Puebla.