La megamarcha estudiantil dejó en claro que la mayoría de los poblanos ya están hasta la madre de la inseguridad. Que están hasta la madre de que ya no es confiable ni tomar un sistema como Uber o Didi o Cabify, cuando desde hace mucho dejó de serlo el taxi.
Que los poblanos están hasta la madre de tanta locura en las calles. Que están hasta la madre de los políticos que quieren subirse a lucrar con movimientos estudiantiles y que ahora sí salen en sus redes sociales a solidarizarse pero cuando ocuparon un cargo público o partidista a esos les valió absolutamente madre.
La megamarcha también puso en evidencia que muchísimos estudiantes y poblanos ya están hasta la madre que todos los días (o casi todos) hay mujeres desaparecidas, violadas, asesinadas por el simple hecho de ser mujeres.
Muchos estudiantes de la BUAP también ya están hasta la madre de que sean víctimas de acoso sexual por parte de algunos maestros o compañeros de las facultades. Que algunos hasta se acuerdan cómo en otros tiempos tanto profesores o como personajes cercanos a otros rectores convencían a estudiantes a pasar sus materias a cambio de sexo.
Total que el de ayer fue un grito desesperado por estar hasta la madre de muchas cosas que no han cambiado en México. Tantas personas en las calles a un mismo paso con una misma demanda.
¿Habrá respuesta inmediata por parte de las autoridades?
Ya hay un primer acuerdo y un compromiso por parte del gobernador Miguel Barbosa Huerta, ya hubo la primera propuesta de crear una Fiscalía especial para atender a la comunidad universitaria.
El caso es que ya las personas están hasta la madre de lo que ocurre en Puebla, de esa locura que se inició en el morenovallismo y que se dejó crecer para que ahora se peleen la plaza las diferentes bandas del crimen organizado.
Los poblanos (no sus políticos, a esos no les crean, sean del partido que sean) están hasta la madre de que cada vez hay más robo de gas, de gasolina, secuestros, robos, asaltos, feminicidios, trata de blancas, desapariciones y no se ve una estrategia para disminuir toda esta violencia.
Y si es un tema de percepción pues también están hasta la madre en percibir así el hedor que sale de las coladeras de Puebla. Están hasta la madre de ese dulce olor a muerte. De que los partidos políticos están más dedicados a pelearse por quién será el candidato a la alcaldía o ver pleitos por auditorías que están sustentadas en rencillas personales más que en una auténtica lucha por la transparencia.
Total que el 95 por ciento de los que habitan el estado están (estamos) hasta la madre. Y si usted no está hasta la madre y más bien le vale madre es que seguramente se ha enriquecido o favorecido por este clima tan enfermizo que vivimos de un tiempo para acá.
**El término usado hasta la madre no es en el ánimo de hacer menos a las mujeres. Es solo una expresión muy mexicana y si llega a ofender a alguien no es con esa intención, lo pueden cambiar por un estamos hasta el padre o a lo que les parezca correcto.