Levante la mano quien ha pensado o dicho que se ha manejado mal el tema del Covid desde el gobierno.
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Muy bien.
Ahora levante la mano quien está bien encabritado porque desde que inició la pandemia se encerró en su casa, pero vio que sà se les permitió instalarse a los ambulantes en el Centro de Puebla. Vio que habÃa venta de antojitos afuera de la Capu y notó que los comercios informales operaban como cualquier dÃa afuera de La Fayuca y los negocios aledaños a la central camionera.
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¿Cuántos de ustedes se encerraron en su casa y se están comiendo las uñas porque saben que deben despedir a sus trabajadores, deben bajar salarios, algunos están ansiosos porque temen perder su trabajo o de plano cerrar la cortina de su negocio porque no hay ventas?
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Esa sensación es lo más común en muchos lugares.
Nadie entiende por qué los ambulantes y negocios de comida en la vÃa pública se les permitió abrir, mientras que quienes sà pagan impuestos, la luz, el agua, el predial y hasta el Impuesto sobre la Nómina deben encerrarse. ¿Por qué para el gobierno hay ciudadanos de primera y de segunda?
Seguramente los ambulantes serán usados para las elecciones del 2021, recuerden que lo que no suena lógico suena a metálico.
Hace un mes se me ocurrió subir esa idea a Facebook y algunos porristas de la 4 T (chairos) pensaron que yo defendÃa solo a los empresarios, pero la verdad es que la ignorancia es atrevida y una empresa no solo es el Consejo de Administración (léase los dueños que aparecen en un acta constitutiva) sino son directores, empleados, gente de la limpieza, conserjes, policÃas que cuidan el lugar, contadores, secretarias y abogados, es decir, humanos.
Humanos como los vendedores de fritangas y pulques en la vÃa pública, esos que no se ponen bien el cubre bocas y que piensan que el Covid-19 es un invento del gobierno, que los medidores de temperatura les cocinan las neuronas y que les quitan el lÃquido sinovial de las rodillas para el chip del 5 G.
Humanos que se contagian. Tan importantes unos como los otros.
Los negocios cada vez están quebrando y no hay polÃtica ni federal, ni estatal ni municipal. Hay vendedores de comida en las calles desde que inició la pandemia, pero los restaurantes no pueden abrir y no es fácil que sobrevivan con la venta de comida para llevar y a través de las aplicaciones de Uber o Rapid que dicen que cobran mucho de comisión.
Los restauranteros tienen una pésima lÃder en Canirac, quien puede tener buenas intenciones, pero no está al nivel para dar la cara por sus agremiados. No los ha sabido defender. Mejor ella se queja sólo cuando le van a hacer una inspección a su negocio, que poner un alto a las autoridades que permiten las tripitas en hervor afuera de la Capu, pero no apoyan a los negocios legalmente establecidos.
¿Quién es esa señora Olga Méndez? Un cero a la izquierda como el lÃder del Consejo Coordinador Empresarial, un tipo llamado Taico Alarcón quien solo fue un invento de un empresario que ha perdido siempre donde apuesta para frenar a los grupos de El Yunque que mantenÃan el control de las cámaras empresariales.
Los dos empresarios (Taico y Olga) anodinos.
Pregúntenle a los restauranteros y dueños de cafeterÃas. No solo vayan con las cámaras empresariales que ellos seguramente terminarán negociando algo a cambio de su silencio cómplice como siempre ocurre.
Uno aún no entiende por qué Puebla capital es uno de los municipios que hay más contagios. ¿Qué diferencia hay con otros estados?, ¿somos más ignorantes?, ¿somos más irresponsables que los tlaxcaltecas o los tabasqueños, por ejemplo?, ¿aquà sà se dice la verdad sobre las cifras y no se maquillan como los números de López Gatell?, ¿comemos más chatarra y tomamos más coca cola?, ¿es la altura?
Sepa la bola.
Sea lo que sea: ya llevamos cinco meses en encierro. Muchos ya compramos nuestras estampas milagrosas para no contagiarnos, siguiendo las indicaciones del lÃder de la 4T, pero no sabemos cómo se va a reactivar la economÃa, no sabemos si es que habrá apoyos reales, no pinches 25 mil pesos para los negocios pequeños y medianos.
Los polÃticos de la cuarta transformación viven en una realidad alterna que muchos aún no entendemos.
Levante la mano quien esté de acuerdo con esta columna.
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Gracias.
Y los que no estén de acuerdo, pues échense un caldito de pollo y ya.