La nueva ley estatal de Educación seguramente tiene algunos puntos a favor, pero también tiene muchos negativos. Estos últimos tienen que ver con la mala redacción que generó dudas en su interpretación o dicho en otras palabras: quedó muy ambigua, lo que provocó un enfrentamiento con los dueños y directores de las escuelas privadas de la entidad.
¿Qué necesidad había de llegar a esto?
Se quiso evidenciar que los dueños, directores y rectores de instituciones privadas hacían negocios ilícitos cuando no necesariamente eso ocurre en la realidad. Las escuelas privadas en todo el mundo son negocios y parte del dinero que recaudan en sus cuotas es para pagar nóminas, rentas, mobiliario educativo, pintura, bancas, pizarrones, impuestos, salarios. Y claro hay utilidades para los socios de las instituciones.
Es un negocio, pero no es esa visión de negocios que se quería denunciar. No es una estafa maestra, puesto que no son recursos públicos desviados a empresas para conseguir facturas y conseguir lavar dinero en efectivo.
No, eso no.
Se quiso atacar no solo a sus representantes sino a los grupos políticos y sociales que están detrás de cada una de las instituciones privadas. Digamos que faltó investigación sobre las escuelas que en Puebla llevan más de un siglo o instituciones que cuentan con muchísimo prestigio y que son muchas.
La Ley Biestro fue aprobada sin consultar a los interesados, sin consensos, se aprobó fast track y ahora hasta el senador Ricardo Monreal ya salió a cuestionar el trabajo de los diputados de Juntos Haremos Historia, pues el legislador federal la calificó de indebida y dijo que “es ambigua, tiene vacíos legales e incluso alertó que algunas disposiciones se contraponen a la propia Constitución Mexicana y a la Ley General de Educación”.
En pocas palabras Monreal les corrigió la plana a los legisladores locales.
¿Qué necesidad?
Ya se dañaron a muchos de los involucrados en el ánimo de defender dicha normativa cuando todo pudo haberse pactado y al final aprobado pues los legisladores de Morena más los llamados independientes hacen mayoría.
Insistimos, era innecesaria tanta violencia.
¿Quiénes son los asesores legislativos que tanto daño le hicieron a la bancada de Juntos Haremos Historia y a su líder?, seguramente ellos fueron los que redactaron dicha ley y no midieron las consecuencias y quizá ni revisaron la redacción.
Probablemente será la Suprema Corte de Justicia de la Nación quien determine el fin de la Ley Estatal de Educación y esperaremos su destino, mientras tanto ya se generaron divisiones con un sector de la sociedad.
Otro de los errores fue que se hizo en plena pandemia y confinamiento, mientras padres de familia, maestros, académicos y todos los involucrados estaban metidos de lleno en dar clases, en la zozobra que genera estar tanto tiempo encerrado y sin saber nada acerca de esta normativa. Les faltó tacto a los diputados de Morena y sus aliados.
Insistimos se estiró la cuerda a un nivel innecesario.
Ya hay una división y un frente con un sector de la sociedad.
Allá ellos y su estilo personal de gobernar, pues como bien dice la primera ley de Newton: a toda acción corresponde una reacción de igual fuerza y magnitud, pero yo qué voy a saber, pues yo solo tundo teclas.