El líder del Congreso estatal, Gabriel Biestro Medinilla, ha ido cada vez más arriba en las preferencias electorales. Sus adversarios internos de Morena le han querido cerrar el paso porque juran y perjuran que no le alcanza para ser electo candidato a la alcaldía e incluso ganar en el 2021.
La situación es la siguiente: Biestro cada vez más aparece en varias encuestas serias arriba tanto en conocimiento como en preferencia. Efectivamente, si ustedes lo ven en perspectiva, en 2018 Biestro venía de liderar el partido en el que milita a nivel estatal. Apoyó a sus candidatos tanto a la gubernatura como a las alcaldías, incluso Puebla, aunque muchos ya se les ha olvidado o no lo crean.
Se la jugó con Miguel Barbosa desde el principio. Le dio su espacio a José Juan Espinosa, pero este no entendió que no entendió y lo tuvieron que desbancar y ahora anda quien sabe dónde y es un diputado con licencia y señalado por la justicia.
Biestro Medinilla en ese momento (2018) no era tan conocido y realmente iniciaba su carrera política. Como todo buen ser humano ha tenido aciertos y quizá algunos yerros, normal, pero tuvo una virtud que no todos la tienen y menos en ese ambiente: lealtad.
A Barbosa lo apoyó y su compromiso con él fue a prueba de balas. No participó en las intrigas palaciegas y más bien tomó el control del Poder Legislativo para entregar buenas cuentas. Y si algo se ha visto que valora el mandatario estatal es la lealtad ante cualquier eventualidad. Biestro por convicción y por lo que sea se ha mantenido firme.
Socialmente su nombre sí aparece.
La gente cada vez más lo ubica.
Ha ido construyendo un nombre y realmente no se le conocen negativos. En la vida los santos solo existen en las iglesias y por lo regular son de madera o de yeso e incluso a veces hasta esos se despostillan. Biestro no tiene escándalos o señalamientos de corrupción.
Los días corren muy rápido y de seguir así puede dar una sorpresa y colarse ya contra el puntero Eduardo Rivera Pérez. ¿La razón? Les guste o no a los panistas no han podido ponerse de acuerdo y no es, necesariamente como han dicho, por culpa de Genoveva Huerta.
Más bien hay personas que no están dispuestas a negociar y quieren el todo y nada, por lo que al no ceder en las negociaciones y al participar en campañas en redes sociales, incluso contra su presidenta, lo único que provocarán será una implosión que los dejará más divididos de como terminaron después de la muerte de los esposos Alonso-Moreno Valle.
Entre más se dividan los albiazules y no definan, Biestro seguirá adelante como lo ha hecho hasta ahorita. Las experiencias electorales nos han demostrado que, en muchas ocasiones, los punteros en las encuestas pueden perder su capital político en semanas.
No todas las campañas se parecen y si bien hay más votos contra Morena, sigue estando en los primeros lugares de las preferencias. No se puede descartar que den una sorpresa y que los albiazules también se desfonden si no ceden a sus impulsos y logran acuerdos.
Una razón más para evaluar a Gabriel Biestro es que está conformando un equipo interno y externo más social que tienen visión y proyecto. Él, a diferencia de sus competidores, no se está peleando, está sumando.
Quizá al buen Eric Cotoñeto no le encante esta idea, pero la realidad es que hay dos formas de hacer política: con grillas y bots, o con chamba y acercamientos con la gente, aún en los tiempos de la sana distancia.
Ahí se los dejo de tarea, pero no descarten a Biestro nomás porque se sientan analistas políticos o expertos en las elecciones estadounidenses o le hagan a la brujería política.