El Yunque juega a recobrar el negocio y la obra pública en la ciudad. Eduardo Rivera más que gobernar la ciudad prepara todo para el 2024. Claudia Rivera también ve como destino Casa Aguayo y ser la segunda gobernadora en la historia de Puebla.
Alejandro Armenta Mier también buscará la gubernatura y un disminuido Fernando Manzanilla con menos espacios y solo con un canal de televisión por internet busca sentarse en La Silla. Si gana Karina Pérez Popoca no hay que descartarla también para Casa Aguayo ya que ella le es muy leal a Miguel Barbosa.
Armenta Mier comenzará a armar grupos contra el mandatario estatal, como es su costumbre.
Gabriel Biestro, pase lo que pase, resultó el gran fracaso de Morena. No logró, por lo que haya sido (podemos culpar a quien sea) la candidatura a la alcaldía. Apostó por descarrilar no solo a Claudia Rivera sino a su partido en la ciudad. Si pierde Claudia Rivera, él también es responsable por generar más enconos internos en su partido.
Quizá pelee la dirigencia de Morena estatal, pero Mario Delgado y los grupos nacionales ya lo tienen ubicado. Solo quedará que el mandatario lo rescate, porque eso sí, fue muy leal en los momentos más difíciles.
En este contexto, Miguel Barbosa ha sido imparcial durante el proceso electoral, porque él ya supo lo que es que el aparato estatal le juegue las contras, como lo que ocurrió en el 2018, cuando operaron en su contra Rafael Moreno Valle y Eukid Castañón.
Lo que a Barbosa le interesa es que haya los mínimos incidentes durante los comicios y que gane quien gane se mantenga la estabilidad en la entidad. Es cierto que es el primer gobernador que no metió sus manos ni en los partidos ni en el IEE.
El Congreso del estado, gane quien gane, trabajará en conjunto con el Ejecutivo. Así que el gobernador no tiene nada que perder. Mantendrá una mayoría. Así que al final sí ganará.
El sigue en su cargo y punto, se acabó.
El siete de junio se escribirá otra historia.
La pregunta es: ¿Eduardo Rivera Pérez será el gran aliado de Barbosa en caso de ganar? El discurso que él ha mandado es que sí. Se ha difundido que él ha buscado al gobernador por todos los medios para que le tome la llamada o se eche un café con él, pero Barbosa no le contesta. No apoya a nadie de los candidatos ni les ha mandado misiles para frenarlos.
Lalo Rivera dice que con él se acabarán los históricos pleitos del alcalde vs el gobernador, empero, viene el 2024, ¿será sumiso como ha sido su carrera tanto en El Yunque como en la alcaldía de Puebla en el 2011?
Dice un gran amigo que “todos son muy cuates hasta que les gusta la misma chica”.
Aparece en la escena Genoveva Huerta que va a querer controlar el partido y buscará también la gubernatura en 2024. Jesús Zaldívar, palafrenero de Mario Riestra, buscará la dirigencia estatal del PAN.
Riestra, su amo, quizá busque la alcaldía de Puebla y de paso se lleve todas las macetas que hay en el Palacio Municipal.
En noviembre, pase lo que pase, podría reaparecer Tony Gali y más en el escenario de que salga derrotado Lalo Rivera, porque va a retomar lo que dejó e intentará también buscar el control de Acción Nacional. Eduardo Rivera, como seguramente se sentirá gobernador, mandará a Pablo Montiel de avanzada o alguno de su tribu para quedarse con el PAN estatal que lo perdieron desde que corrieron a Mondragón.
Lo que ocurrirá el lunes, sea el resultado que sea es el reacomodo de fuerzas. Se comprobará la veracidad de las encuestas y si es que ya hay que cambiar de método porque los últimos procesos han sido un fraude.
Lo importante ya no es necesariamente el domingo, lo que se juega es que a partir del lunes, gane quien gane, inicia la sucesión electoral en Puebla y todos juegan. Mucho depende de cómo quede la conformación de la cámara de diputados federal.
Así que agárrense.
Lo que nadie vislumbra es que gobernar la ciudad es la rifa del tigre y si incumplen en materia de seguridad los próximos tres años, esto se convertirá en un infierno.