Los live-action de Disney no siempre gustan a los seguidores, hay quienes los detestan por arruinar la versión original. En este caso, “Cruella” es una película que sirve para justificar o reivindicar a una villana, aunque de mala no tiene mucho en esta historia. Tal vez la veremos siendo un poco más oscura en la secuela que Disney acaba de anunciar.
Cruella fue una antagonista aterradora en la encantadora película de animación de 1961 «Cien y un dálmatas», aunque muchos la conocimos como “La noche de las narices frías” y años después en 1996, Glenn Close le dio vida en una versión de acción real, por lo demás inolvidable.
Ahora, Emma Stone intenta interpretar a una aspirante a asesina de cachorros en una historia que logra la dudosa hazaña de ser tediosa, transgresora, caótica e inerte al mismo tiempo. Es una película recomendable para los que no esperan mucho, llega un momento en que se empieza a sentir larga, porque existen situaciones cíclicas que provocan la misma emoción.
No debería sorprender a nadie que en “Cruella» salga a la luz que su mezquindad y sus tendencias de odio a los dálmatas tienen sus raíces en un momicidio al estilo Disney. La joven Cruella, huérfana y desbocada en las calles de Londres a principios de los años sesenta, sigue siendo conocida por su nombre de nacimiento, Estella, y sueña con convertirse en diseñadora de moda mientras comete pequeños robos con los malvados Horace (Paul Walter Hauser) y Jasper (Joel Fry). Cuando un encuentro fortuito hace que Estella se convierta en aprendiz de una venerada diseñadora llamada Baronesa (Emma Thompson), finalmente tiene la oportunidad de dejar aflorar sus dones. Hemos de resaltar que narrativamente no es una historia original pues llega a caer en muchos clichés.
Aunque Thompson es muy divertida en «Cruella», encontrar el humor en el abuso de poder es algo que no encaja con el momento actual, pero depende de la brújula moral de cada quien. Algo a destacar es la banda sonora, que abarca desde los Beatles, los Stones y Supertramp hasta Nina Simone y Blondie. Pero el constante bombardeo de canciones clásicas de rock hace que nos sintamos sometidos a una película que trata constantemente de demostrar su buena fe.
El vestuario huele a un Oscar
En cuanto al vestuario, “Cruella” es sin duda el sueño para cualquier fashionista y uno de los puntos fuertes para su éxito. Jenny Beavan, una de las mejores diseñadoras de vestuario de Hollywood, ganadora del Oscar, nos dejó a todos con la boca abierta con 47 vestuarios espectaculares que rinden un evidente tributo a los más elegantes diseñadores de moda como: Christian Dior, Yves Saint Laurent y Hubert de Givenchy.
Tal es el reto de «Cruella»: hacer que una figura sin encanto resulte al menos lo suficientemente simpática como para preocuparse por verla, al tiempo que se suavizan sus acciones más inhumanas sólo en la medida en que el personaje original lo soporte. No es una aguja fácil de enhebrar, especialmente en un atelier tan miserablemente misántropo como éste. Por lo tanto, ya sabemos cuál va a ser el disfraz top de Halloween este año, ve buscando tu melena blanco y negro para lucir como Cruella.
Con información: The Washington Post