La fiabilidad de los coches eléctricos está por debajo de la demostrada por los que llevan motores térmicos. Esta es la conclusión del estudio publicado por la asociación de consumidores británica, Which?, que ha preguntado a los propietarios de 57.000 vehículos en el Reino Unido por los problemas sufridos durante los primeros cuatro años de uso.
En los resultados del estudio llama la atención que los coches eléctricos, a pesar de ser mecánicamente más sencillos, han sufrido un número mayor de incidencias mecánicas que los coches convencionales.
Uno de cada tres modelos sin emisiones tuvo alguna avería, mientras que solo uno de cada cinco poseedores de un coche con motor de gasolina tuvieron que visitar el taller.
En concreto, el 31,4% los poseedores coches a pilas analizados (2.184, una parte minoritaria de la muestra) tuvieron algún problema o varios durante los cuatro primeros años de uso, frente al 29,1% de los propietarios de coches diésel, y el 27,5% de los híbridos enchufables (PHEV).
La cifra cae hasta el 19% entre quienes poseen modelos con motor de gasolina y la gran sorpresa del recuento la ofrecen los de mecánica híbrida convencional (HEV), que sólo registraron un 17,3% de fallos y resultaron ser los más fiables de todos.
Y no es la única conclusión llamativa del informe, ya que el tiempo de reparación también fue más largo en el caso de los coches eléctricos averiados. La media de permanencia en el taller es de cinco días, frente a los cuatro de los diésel y solo tres para los coches de gasolina.
El coche eléctrico que más se avería
Otras conclusiones que se reflejan en la estadística atañen directamente a algunas marcas. Son los clientes de la estadounidense Tesla los que más incidencias mecánicas han experimentado en sus coches, sobre todo reportadas en el Model S, y dos de cada cinco modelos de esta marca acusaron fallos en su funcionamiento o, llegado el momento, no arrancaron.
Estos datos contrastan con los buenos resultados la marca coreana Kia y en concreto de su modelo e-Niro, que superó en fiabilidad a rivales directos de otras tecnologías (gasolina, diésel e híbridos).
El mantenimiento de los modelos sin emisiones
Las conclusiones del informe no dejan de ser un tanto paradójicas, porque las mecánicas 100% eléctricas son más sencillas que las térmicas y no requieren del mismo mantenimiento que los motores de explosión. Los módulos a pilas se componen de un número de piezas mucho menor (alrededor del 60%) que los propulsores tradicionales, no tienen tantas partes móviles y en general no necesitan muchos de sus componentes, como los circuitos de lubricación y refrigeración indispensables en los térmicos.
Los datos recopilados por ‘Which?‘ comienzan a ser ya muy relevantes, porque hasta ahora no había pasado demasiado tiempo desde la reciente aparición en el mercado de modelos 100% eléctricos y no se disponía todavía de una muestra significativa en cuanto a su fiabilidad.
Para James Gibson, director técnico de la revista, la explicación de estos decepcionantes resultados de los eléctricos tendría su origen en su gestión informática. “Los coches eléctricos tienen menos piezas que los térmicos, una garantía de fiabilidad a largo plazo, pero equipan programas informáticos más complejo que potencialmente pueden generar más problemas”.
Sin embargo, como compensación, una gran parte de las averías que generan estos sistemas se pueden resolver fácilmente “mediante actualizaciones inalámbricas o reinicios”, de la misma manera que ocurre en el caso de los ordenadores.
Con información de El Motor