El estudio, publicado en la revista American Journal of Infection Control, expone que las mascarillas que habitualmente se emplean en hospitales para proteger a los trabajadores de la salud de COVID-19, el modelo N95, siguen protegiendo incluso después de 25 ciclos de descontaminación empleando peróxido de hidrógeno vaporizado o VPH (un desinfectante común).
Cada vez que se sometió una mascarilla al proceso VHP, los investigadores la evaluaron para determinar hasta qué punto se vieron afectados el sello, el ajuste y la filtración del usuario. Los científicos no encontraron cambios en la integridad respiratoria o la eficiencia de filtración en la mascarilla. Después de pasar por el proceso VHP 25 veces, se descubrió que las mascarillasN95 retenían una eficiencia de filtración del 95% o más, dijeron los investigadores.
Aunque las mascarillas podrían haber durado incluso más, los investigadores se detuvieron en 25 porque un informe de la Administración de Medicamentos y Alimentos ya encontró que a los 35 ciclos las gomas que las sujetan comienzan a degradarse.
«Los hallazgos de nuestro estudio amplían los hallazgos anteriores y muestran que VHP es un método relativamente seguro para reprocesar mascarillas N95 y podría ayudar a abordar la escasez en futuras epidemias», explica Christina F. Yen, coautora del trabajo.
Durante los primeros meses de la pandemia, los centros de salud se enfrentaron a una escasez de equipos de protección personal, incluidas las mascarillas N95, que protegen al personal médico de patógenos infecciosos. Gracias a esta información, se podría prevenir una escasez similar en las epidemias que vengan en el futuro.
Con información de Muy Interesante