Artículo de opinión | Ricardo Loranca y Campos
Resulta completamente incongruente que un ser humano que se dedica a dibujar y pintar aves tenga una colección de pájaros en cautiverios. Así es el arte poblano burgués, así es Esteban Fuentes de María. Sin argumentos, sin bases y sin solidez.
Hablar de arte es hablar de un tema que puede llegar a causar escozor, siempre subjetivo, el arte puede ser interpretado de cualquier manera, dependiendo el ojo que ve. Lo que si es inevitable es analizar objetivamente la forma de una pieza, materiales, lienzo, técnica, estética, perspectiva, contexto histórico y de más cuestiones meramente técnicas.
El viernes pasado, el “pintor” poblano Esteban Fuentes de María presentó una obra llamada “La caída de dos aves azules”, una pieza dedicada, a todas luces, a la gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo, el senador Rafael Moreno Valles, ambos fallecidos el pasado 24 de diciembre en un accidente aéreo.
Dicha obra causó gran indignación en las redes sociales de los poblanos.
En cuanto a quien suscribe, la obra es terrible, un mediocre resultado del oportunismo. En “La caída de dos aves azules” nos encontramos con los clichés poblanos por excelencia, nuestros volcanes. Usar el color azul en las aves que caen asemejando el color del partido al que pertenecías dichos políticos es de mal gusto.
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Una obra resultado del “esnobismo”, y si nos vamos más atrás, resultado del mal uso de los recursos destinados al arte y la cultura en nuestro estado. Instituciones debilitadas hasta la médula que responde al interés de directivos sin escrúpulos, sin estudios y sin criterio propio le rompen toda su madre a los artistas poblanos de calidad, reales.
“La caída de dos aves azules” se exhibe en el Museo Barroco.
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Es bien sabido en el medio que Esteban Fuentes de María era el pintor predilecto del “Morenovallismo”, cuestión que causó en el público opiniones aguerridas, insultos y de más comentarios motivados por el anonimato que brindan las redes sociales.
El resultado de la polarización en rede sociales se conceptualizó en una obra más de Esteban que fue publicada el día de ayer, “Aves volando, perros ladrando”. Juzguen por ustedes mismos.
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Que Esteban sea el “pintor de las señoras” como se le reconoce en redes, o el pinto del “Morenovallismo” no tiene nada de malo, no nos azotemos tanto. La clase alta, políticos y empresarios siempre se ha reconocido por tener a sus pintores, vaya, Francisco de Goya fue el pintor real, el matrimonio Arnolfini pues tenia a Jan van Eyck, el error radica en reconocerlo como un buen pintor, no lo es.
Los artistas poblanos de alta calidad tiene que joderse y sudar, auto gestionarse y resistir mientras la salas de arte en nuestro estado están colmadas y se llenan con pinturas de una mediocre o nula calidad, “artistas” que por sus contactos o posición social logran exposiciones que luego son enaltecidas por revistas y medios “fifís”, basta con darle una hojeada a la revista Rostros para ver lo que se considera arte en nuestra Puebla.
Difícilmente en los espacios de arte de Puebla, que son bastantes, encontraremos arte de calidad. Casa de Cultura, San Pedro Museo de Arte, Museo Barroco, lugares con poco cuórum que son utilizados a favor de la clase alta, la clase política.
Si la falta de talento de Esteban no es suficiente para hablar de la situación precaria del arte, podemos mencionar también su falta de humanismo. Al responder las críticas de su obra el “pintor” asegura, «solo satirizas la ignorancia de la clase baja» y «me resulta fascinante cómo piensa la clase marginada».
Quien tacha de marginal a los poblanos también ha sido visto paseando con animales en peligro de extinción, de manera ilegal.
https://twitter.com/JayCarcano/status/1079511759814197249
Investigando sobre el pseudo pintor nos encontramos con una entrevista realmente curiosa en donde se etiqueta a Fuentes de María de “influencer”. En dicho trabajo audiovisual Esteban asegura que su primer trabajo lo hizo a los dos años y que a los cuatro años ya había expuesto, ¿WTF dude?.
El caso de Esteban Fuentes de María debería prender las alarmas en las instituciones y con los encargados de gestionar el arte y la cultura en nuestro estado.
La libre expresión en Puebla se encuentra sometida al poder, los intereses políticos y las clases altas de nuestra región. ¿Qué acaso nos encontramos en la época de la inquisición o del medievo?, el arte se encuentra en las calles, el barrio, la escuelas, universidades, no en la altas esferas.
¿Qué puede expresar alguien que ha crecido con todo a la mano?, evidentemente, la muerte de dos políticos poblanos, sumamente limitado.
