Si pensaban que con la primera serie de estas rarezas tenían suficiente, esperen a ver esta segunda parte de parafilias. Atrévanse a leer.
Agalmatofilia: estimularse con las estatuas. (Ahora veo el porqué de las trompas de Falopio del Bulevar 5 de mayo)
Agrexofilia: excitarse porque un tercero observe o escuche mientras se tienen relaciones sexuales. (Nada más asegúrate de que ese “tercero” no lleve cámara)
Capnolagnia: excitarse al ver a una persona fumando. (¿A poco creen que el éxito de Joaquín Sabina es por su angelical voz?)
Clismafilia: ser excitado por enemas. (¡Asco!)
Chezolagnia: masturbarse mientras se defeca. (¡Triple asco!)
Ginemimetofilia: estimulación sexual obtenida por el hombre actuando un papel femenino. (Damas: he aquí resuelto el misterio de la desaparición de sus medias)
Hemotigolagnia: excitarse por el contacto con toallas femeninas. (Por aquello de que “el deseo tiene alas”)
Hirsutofilia: sentir excitación por el vello corporal. (Cuando vas al Halloween y ves el éxito del Hombre Lobo, ya sabes por qué)
Ofidiofilia: excitación sexual con las serpientes. (Jennifer López sabe algo de esto)
Pediofilia: excitación sexual por las muñecas. (Con las inflables, pasa; nada más no se metan con las Barbies de sus sobrinas, no sean salvajes)