Staff 360º
En Revista 360º nos fuimos a dar el rol por algunas haciendas poblanas y algunas cerca del estado. La riqueza histórica que guarda cada una de ellas hacen cada visita única. Sabemos que no es fácil recorrer todas las haciendas de la lista, pero no estaría mal que te dieras el tiempo de visitar alguna y pasar un rato agradable en contacto con la naturaleza.
1
Ex Hacienda de Chautla
Carretera Federal Puebla-México KM 4.5, San Lucas El Grande, 74120
San Martín Texmelucan de Labastida, Puebla
Tel: 01 248 481 0052
La exHacienda de Chautla es uno de los sitios preferidos por los turistas que visitan Puebla. Su belleza y arquitectura la han convertido en una de las más hermosas de todo México. Uno de sus principales atractivos es el imponente y emblemático castillo construido por monseñor Willow, arzobispo de Oaxaca en 1898. Este castillo custodiado por una laguna permite a los visitantes apreciar una excelente fotografía desde su último piso.
La atmósfera que envuelve a esta hacienda, así como su historia, son factores que hacen digno de visitar Chautla.
2
Hacienda El Jagüey (Cholula)
Prolongación Hacienda El Jagüey 3402, Camino a San Juan, Cholula, 72828 Puebla
Tel: (222) 237 1434
Destinada particularmente a eventos sociales, Hacienda El Jagüey invita a pasar un rato agradable al aire libre y con el perfume de sus jardines.
La arquitectura que guarda este sitio, así como los servicios que brinda, harán que disfrutes más de tu visita.
3
Hacienda San José Actipan (San Andrés Cholula)
Carretera Cholula Tonantzintla km 2.1 Cholula Puebla
Tel: (222) 247.60.11
Hacienda San José Actipan es un lugar bello donde el aire puro y el ruido de la ciudad se olvidan al momento de entrar aquí. Sus jardines de 20 mil metros cuadrados, entre diversas construcciones coloniales, forman una imponente estampa visual para recordar por mucho tiempo.
4
Hacienda San Agustín (Atlixco)
Vía Atlixcáyotl Km. 22.5, Atlixco, Puebla
Tel: (222) 413 3273 y 413 3271
Atlixco es un bello municipio gracias a todos los atractivos turísticos que tiene, y Hacienda San Agustín es uno de ellos.
Sus diversos jardines muestran al visitante la fertilidad y pureza de sus tierras. En el siglo XVI, la Villa de Carrión, hoy conocida como Valle de Atlixco, se consideró un sitio privilegiado para la construcción de numerosas haciendas debido a la fertilidad de sus tierras y belleza de sus paisajes. El lugar lleva este nombre debido a que fue habitada durante 300 años por los religiosos. En el siglo XIX se le conoció como San Agustín de los Padres.
5
Hacienda Panoaya (Amecameca)
Carretera Federal México-Cuautla Km. 58, 56900 Amecameca, Estado de México
Los muros de esta hacienda guardan la infancia de Juana Inés, quien vivió en la Hacienda Panoaya de los tres a los ocho años de edad (1651 a 1656). Aquí aprendió a leer, a escondidas, en la biblioteca de su abuelo, quien arrendaba la construcción.
En las habitaciones, pasillos y capilla de la hacienda, con un poco de imaginación, se puede sentir la presencia de esa niña quien llegaría a ser la mujer más significativa de su época, sor Juana Inés de la Cruz.
Por otro lado, este sitio se vuelve único gracias a los atractivos que tiene, como el de alimentar algún venado.
6
Hacienda La Laguna (Tlaxcala)
Carretera a Lázaro Cárdenas 90110 Sanctórum de Lázaro Cárdenas (Tlaxcala)
Tel: (241) 101 8502
Ubicada en Lázaro Cárdenas, Tlaxcala, Hacienda La Laguna tiene un ambiente taurino que se percibe al llegar a este lugar. Fue fundada en 1908 por Romárico González González, quien lidió por primera vez como La Laguna en la plaza “El Toreo” en el Distrito Federal el 30 de noviembre de 1913, con seis toros para Vicente Pastor y Rodolfo Gaona.
Esta hacienda abrió sus puertas como destino turístico en 1985, teniendo un toque pasional por los toros y la ganadería.
7
Hacienda San Juan Bautista
Cerro de Amalucan
Tel: (222) 232 0120
La historia que guarda entre sus muros esta hacienda ubicada en el cerro de Amalucan, se descubre al ir recorriendo cada uno de sus pasillos. Sus hermosos y grandes jardines harán de tu visita algo inolvidable. Su construcción inicia en el año de 1584, cuando un grupo de jesuitas decidió construir en las faldas del cerro de Amalucan una hacienda hecha especialmente para la creación de un emporio agrícola. Tras muchos años de trabajo –específicamente en el año 1726– se termina de construir.