Por: Mario Martell C.
Eduardo Covián reconoce la grandeza de Puebla, y asume como un desafío el año 2031, cuando Puebla cumplirá 500 años de su fundación. En esta entrevista, Covián desglosa el presente y futuro de la ciudad de Puebla, y la conflictiva relación entre gobiernos y ciudadanos. Una Puebla competitiva requiere de gobiernos que escuchen y trabajen con una visión de largo plazo, metropolitana y con una gobernanza participativa, apunta el economista.
Eduardo Covián es un ciudadano involucrado en la vida diaria de su ciudad desde siempre. Su infancia y adolescencia marcaron la forma en que se vive Puebla para las personas comunes que trabajan día a día para mejorar su vida. Estudió en instituciones públicas y fue trabajador desde muy joven. A los 13 años, Eduardo trabajó como empacador voluntario, primero en una tienda de abarrotes en la colonia Valle del Sol donde creció y luego en un supermercado de Plaza Dorada. El trabajo, según sus palabras, logró regalarle sus mejores experiencias, y le permitió ingresar a la universidad y aprovechar sus clases y estudios.
Esta experiencia contribuyó a su formación. Le dio la oportunidad de generar vínculos y coincidencias con muchas personas que conocen y saben de las necesidades de su ciudad y que hoy en día se convirtieron en una familia de ciudadanos que contribuye en sus posibilidades por una mejor ciudad.
Eduardo Covián se identifica con una Puebla competitiva y moderna. Su visión de la ciudad comparte los valores de la modernización y del futuro, con la exigencia de la calidad de vida para sus habitantes, donde el ejercicio de sus derechos sea pleno y democrático. Covián combina la experiencia de gobierno —ha sido el regidor más joven de la ciudad de Puebla— con una visión humana e innovadora.
Muy joven, Eduardo Covián se encadenó a la puerta del Congreso del estado de Puebla para protestar en contra de la llamada Ley Bartlett, que les arrebataba a los municipios facultades para el ejercicio de la Hacienda pública.
“Municipalista siempre he sido”, enfatiza el economista, Eduardo Covián. Impulsor de causas ciudadanas y sociales, Covián enarbola hoy una agenda progresista y ciudadana.
La mirada de Covián sobre Puebla
—¿Cómo ves a Puebla?
—Puebla es una ciudad yo diría perfecta, una ciudad planeada de una manera muy armónica, con recursos naturales suficientes, con un clima y una orografía envidiables. El valor artístico, cultural y gastronómico es notable. Una ciudad con una presencia juvenil y universitaria que no tienen otras ciudades del país, una ciudad con una migración importante que no ha cambiado a lo largo de los años, Puebla es una ciudad moderna, es una ciudad diversa, con una mentalidad mucho más abierta, pero a pesar de esas ventajas Puebla no alcanza a ser una ciudad competitiva a nivel nacional e internacional.
—¿Qué le hace falta a Puebla y cómo lograrlo?
—Pienso que Puebla ha convertido sus problemas en cíclicos intentando resolver estos con visiones limitadas a manera de paliativos y con una clara ausencia de una visión a largo plazo. No estamos hablando de los temas que le den viabilidad a la ciudad para los siguientes años. Necesitamos que la gente regrese a vivir en el Centro Histórico, pero que sea asequible para todos los presupuestos.
Estamos a ocho años de que Puebla cumpla 500 años de antigüedad, y no hemos sido capaces las poblanas y poblanos de establecer la visión
de ciudad que queremos. Y esa visión pasa por el tema de la competitividad.
Nos hemos enfrascado en discusiones muy arcaicas y anquilosadas, en lugar de preocuparnos de una ciudad moderna y de cómo la queremos. Tenemos problemas muy claros como temas de agua, medioambiente, movilidad, manejo territorial, servicios públicos y competitividad.
—Tú has sido regidor en dos ocasiones, y luego secretario de Movilidad, has tenido una presencia constante en el gobierno, ¿cómo crees que se debe concebir la transformación de Puebla?
—Regresando al inicio de los problemas, a lo básico antes de los grandes proyectos, preguntándole a quien vive día a día las consecuencias de
estos, a los ciudadanos. Algo hace que los poblanos no nos sentemos a platicar, no hemos tomado las riendas y el control de la ciudad, hemos dejado las grandes decisiones de nuestra ciudad en manos de otros.
Cuando en el 2002 se crea el Plan Puebla 2031, fue el inicio del proceso de planeación de la ciudad, antes no había nada. De ahí nace el Implan, derivado de este diagnóstico. Se ha privilegiado una agenda política en lugar de una agenda social que incluya a todos los sectores de la población, aquí es donde el tema de los servicios públicos es realmente muy importante.
Tenemos una gran diferencia entre los servicios públicos que se tienen en el centro de la ciudad y los que se tienen en las colonias de la ciudad y en las juntas auxiliares. Son de mala calidad, con atraso, sin visión urbana ni sustentable.
La ciudad tiene una cara bonita en el centro histórico, pero de las colonias hay un abandono enorme.
La competitividad, clave para detonar el desarrollo de Puebla
—¿Qué inversiones se deben traer? ¿Cómo se pueden detonar los servicios públicos? Porque a final de cuentas los presupuestos son los mismos.
—La clave es cambiar la palabra gasto por inversión, efectivamente son los mismos presupuestos, pero con una visión a largo plazo las soluciones perduran. Sí hay un sesgo que muchas veces es político para la distribución del presupuesto. Sí tenemos que invertir en acciones de mejora más colectiva, pero también aprovechar el enorme bagaje que tenemos.
Tenemos en la ciudad de Puebla más de doscientas universidades. Hay una gran cantidad de fuerza intelectual, de fuerza juvenil y universitaria que no tiene ningún contacto con el poder público.
Se hacen proyectos en los ayuntamientos para remodelar avenidas, para construir y ejecutar políticas públicas. Sin embargo, nadie voltea a ver a los jóvenes y preguntarles qué pueden aportar para mejorar su entorno. Yo te aseguro que, en temas de agua, en temas urbanos, de transporte metropolitano, de medioambiente, de nuevas tecnologías, de gobierno digital, de transporte BRT (Bus Rapid Transit) o transporte masivo, hay más de cincuenta tesis que tenemos guardadas en las universidades. Estamos desperdiciando el talento y la fuerza de las y los jóvenes.
Simplemente porque se quieren hacer los mismos esquemas de gobierno.
Los poblanos nos tenemos que conformar con la falta de interés de quienes toman las decisiones. Esa misma que no permite a nuestros talentos destacar en las áreas en que se han preparado. Eso ha hecho que Puebla no genere una competitividad interna que permita apoyar al talento de sus habitantes. Tenemos todo, pero no hemos dado ese salto.
—Por un lado, la clase política y por otro lado el talento creativo de sectores juveniles, profesionales, tecnológicos, ¿percibes que no se han empatado las agendas del gobierno y de la sociedad?, ¿se carece de una gobernanza participativa en la ciudad?
—Involucrar a los poblanos en los procesos de gobernanza no es una tarea fácil, nos encontramos frente a una ciudadanía crítica, pero en gran medida por la ausencia de vínculos para participar en las decisiones que influyen en su cotidianidad, no hay esos canales de comunicación efectivos.
Los mecanismos vinculatorios de la participación ciudadana con el gobierno deben de regularse y fortalecerse para que sean efectivos.
En el caso del municipio de Puebla hay consejos ciudadanos, pero son solamente consultivos y no tiene mayor trascendencia que la mediática en momentos particulares.
Creo que ese divorcio debe acabarse. Tenemos muchos problemas en Puebla y debemos atenderlos desde el punto de vista ciudadano.
Puebla no necesita las mismas recetas, lo que sí necesitamos es un liderazgo que sea capaz de comunicar y encaminar a todos los sectores sociales hacia objetivos claros que permitan que caminemos a un paso acelerado a una mejor calidad de vida para todas y todos.
No puede ser que de las cuatro grandes metrópolis del país (CDMX, Guadalajara, Monterrey y Puebla), nuestra ciudad sea la más atrasada, con la infraestructura más tímida, con desequilibrios sociales y sin proyectos de alta envergadura que hagan detonar a Puebla económicamente desde el punto de vista metropolitano y se siga concibiendo a la ciudad como si fuéramos una isla, aunque lo que pase aquí sea una caja de resonancia de todo lo que sucede en la zona metropolitana.
—¿Hace falta una gobernanza metropolitana?
—Sí, por supuesto y mecanismos de transparencia, porque muchos de los problemas que tenemos no se limitan a lo que pueda hacer el alcalde o la alcaldesa, sino que intervienen otros alcaldes, intervienen autoridades federales, intervienen gobernadores de otros estados. Ya debemos
de dejar en paz el sobrediagnóstico y darle paso a las acciones concretas.
—¿Cuáles serían los ejes de la transformación de Puebla desde la ciudadanía?
—Parece simple, pero hay una cosa que pasa que no entienden muchos funcionarios. Los ciudadanos resolvemos nuestros problemas porque
no nos queda de otra. Tenemos mecanismos para resolverlos en ausencia de cualquier medida gubernamental.
La gente que está preocupada por el bienestar animal rescata animales en peligro, rehabilitarlos y encontrarles su hogar. La gente que tiene inseguridad en las colonias realiza rondines y busca cómo ir por sus hijas e hijos a las paradas de camiones, genera vinculación en colonias.
La gente que tiene deficientes servicios públicos busca soluciones creativas y prácticas para resolver. Todos queremos vivir mejor. Hemos sobrevivido. Ahora es momento de unirnos.
La parte de gobernanza requiere escuchar, es un eje básico; que la gente que resuelve sus problemas lo pueda seguir haciendo. Es lo que
tú buscas en lo cotidiano, que el gobierno no te estorbe. Porque a veces la burocracia hace que las cosas no avancen.
El otro mecanismo son los presupuestos abiertos y la planeación de obras a largo plazo. Ahora se me ocurrió pavimentar esta calle o pintar esto. Pues no. Al parecer históricamente les da miedo resolver problemas de fondo.
Por ejemplo: una colonia que está alejada de la ciudad y del centro histórico, que la pavimentas con pavimento de chapopote, que le dejas 70 centímetros de un lado de banqueta. Que haces una rampa mal hecha y que dejas el poste en medio de la calle, que pones dos tres luminarias. Como autoridad condenas a esa colonia a la pobreza.
Pero si generas condiciones de bienestar, así como construyes obras públicas en el centro, las construyes con la misma calidad de obra en una
colonia periférica, le pones drenaje adecuado, un ancho de banqueta de acuerdo a la norma, condiciones de accesibilidad y de seguridad, además de espacios públicos con visión social y artística, esa no va a ser una colonia pobre cuando el crecimiento de la ciudad la alcance. Hay que equilibrar las obras para todos los poblanos, no debe haber obras de primera y de segunda, porque no hay ciudadanos así.
—Hay pavimentaciones de primera para el centro histórico y pavimentaciones de cuarta para las juntas auxiliares.
—Se trabaja sin planeación. No se crea una planeación a largo plazo para generar corredores de movilidad activa, corredores de transporte público para toda la ciudad, corredores integrales.
—Los ayuntamientos señalan que el tema del transporte le corresponde a la instancia estatal, ¿qué deberían realizar los ayuntamientos?
—La Ley de Movilidad ya llegó. Estamos en proceso de armonización en el estado y espero que se logre en esta Legislatura, es una gran herramienta que nos va a permitir exigir obras con un carácter de movilidad, accesibilidad y sustentabilidad activa en las colonias. En esto los
ayuntamientos tendrán una gran participación de acuerdo con sus facultades.
En la parte del estado que es la parte del transporte público ya está encaminada la norma para una mayor inversión en transporte público de
pasajeros masivo. La herramienta la vamos a tener, por eso hay que hacer la pinza de parte de los ciudadanos para que lo que esté en la ley se haga realidad.
La participación ciudadana
—¿Cómo se logra la participación ciudadana y no nada más que se escuche a los amigos o amigas del gobernante en turno?
—Tiene que haber un cambio de reglas. Tenemos que pasar por una revisión profunda del Código Reglamentario Municipal. Es un código cada vez más grueso, incongruente e imposible de manejar.
Necesitamos impulsar la competitividad en la ciudad a través de una reglamentación sencilla, dándole más importancia al civismo que al castigo y la excesiva norma; con una agenda que acerque al ciudadano y al poder público, con esquemas de comunicación directa, de transparencia y de agenda digital. Recuperar el círculo de servicio desde la autoridad que es la que tiene obligaciones con los ciudadanos y dejar de lado ese sentir de la autoridad como la que solamente nos manda.
—¿Qué otras obras detonarían a la ciudad?
—Un Sistema de Transporte Metropolitano, vía metro o metrorriel. El saneamiento de los ríos. Obras de infraestructura hidráulicas, la redensificación de la zona urbana y el crecimiento de espacios públicos.
Y todo esto confluye en calidad de vida, esta calidad de vida nos va a dar más competitividad.
—¿Qué se necesita en las juntas auxiliares de la ciudad de Puebla?
—A las juntas auxiliares se les ha visto como un ente aparte del centro de la ciudad. Pero la realidad es que si marcamos la territorialidad de las juntas auxiliares solo nos queda el centro. Hay que dejar de lado esa visión. Creo que, en términos de servicios públicos, se tiene que atender la integración del nodo urbano de la ciudad de Puebla, con servicios, con sistemas de transporte y de acercamiento bajo el mismo rango que todo el municipio. Se les ha visto aparte y se les ha dado un trato de segunda. El hecho de que existan autoridades auxiliares es para que existan servicios de calidad y mejor atención.
—¿Para las zonas medias, las zonas en donde ya hay una inversión de infraestructura?
—Tiene que haber una reforma al marco del desarrollo urbano, porque tenemos varias características: son zonas en las que viven personas mayores, en las que la densidad de población es menor, son las zonas más cercanas al centro de la ciudad donde vive menos
gente, pero donde el suelo es más caro, como en La Paz, en Gabriel Pastor, el Mirador, Anzures, centro histórico. En estas, el aliciente para generar vivienda es muy poco porque solo se dirige a viviendas de alto valor económico y eso genera gentrificación, vuelves la zona centro mucho más cara y mandas a la gente que no tiene acceso de vivienda hacia afuera. Se requiere una acción coordinada con el gobierno del estado para controlar el precio del suelo para evitar esa gentrificación, en la metrópoli se está viviendo, por lo que es momento de prevenir que pase en todo el territorio estatal. El airbnb es el ejemplo claro.
—Las modificaciones que se hacen en el centro histórico están enfocadas a que Puebla sea una ciudad turística, ¿eso es suficiente o requiere un aterrizaje con elementos sociales?
—Precisamente tratamos de evitar esa gentrificación. Hay un gran daño en llenar la ciudad de modelos estilo airbnb, viviendas para los nómadas digitales. Eso es lo más fácil, pero con consecuencias negativas que distorsionan la vida en las ciudades no solo de la capital sino de todo el estado de Puebla.
La parte de gobernanza requiere escuchar, es un eje básico. Que la gente que resuelve sus problemas lo pueda seguir haciendo. Es lo que tú buscas, que el gobierno no te estorbe. Porque a veces la burocracia hace que las cosas no avancen.
Necesitamos que la gente regrese a vivir en el centro histórico, pero que sea asequible para todos los presupuestos. Que tú puedas vivir en un área con viviendas para distintos presupuestos en la misma cuadra. Pero no podemos hacerlo si la seguimos encareciendo.
El error que cometen los gobiernos es que meten muchos recursos públicos a un mismo lugar y lo encarecen.
—¿Por qué otro modelo debe reemplazarse?
—Tiene que ser un modelo equilibrado, por eso yo inicié señalando las bondades que tiene la ciudad. Puebla tiene una gran industria automotriz. Puebla tiene una gran gama de universidades, de productos y de servicios, estudiantes que se quedan a vivir aquí.
Puebla tiene una industria de turismo, una industria textil. Puebla es una zona privilegiada de entrada al sureste. Todas esas ventajas se
tienen que traducir en equilibrios que resulten en una ciudad con una alta calidad de vida.
—¿Qué Puebla debe ser para el 2031?
—Puebla, una ciudad de calidad de vida y de bienestar, que sea la base de una ciudad sustentable.
—¿Cómo puede ser Puebla una ciudad sustentable?
—Tiene todos los elementos; somos un gran valle, con recursos naturales suficientes, con temperatura envidiable, con ríos que la cruzan. Es una ciudad en la que se puede generar un transporte público eficiente y ecológico, así alternativo como bicicletas. Una ciudad compacta, llena de espacios públicos de alta calidad y sustentable. Todas nuestras ventajas han estado ahí desde hace 500 años, solo no las hemos podido gestionar.
La trayectoria política de Eduardo Covián
—¿Cómo te iniciaste en la vida política?
—Yo inicié muy joven, desde los 17 años, siempre del lado de las causas más ciudadanas. Municipalista siempre he sido, así que el tener la oportunidad por primera vez de ser regidor y de los más jóvenes presidiendo la Comisión de Gobernación. Fue una gran experiencia, aprendí muchísimo.
—¿Qué aprendiste en el gobierno municipal (2002-2005)?
—Aprendí que el consenso y que el trabajo en equipo es la base de un buen proyecto político. Aprendí que se gobierna con la ciudadanía y que no se puede gobernar solamente por decreto. También aprendí que tienes que ser valiente para enfrentar a los poderosos fácticos y a la nomenclatura. Aprendes que no puedes hacerte chiquito porque te comen.
—Después participaste en el primer gobierno municipal de izquierda (2018-2021) de la ciudad de Puebla, con una compañera de tu generación.
—Así es, tuve la gran oportunidad de servir a la ciudad como regidor por segunda ocasión. De esa administración aprendí que hay que escuchar a todos los sectores y también aprendí que la dignidad no se negocia. Que las luchas y las causas de la gente siempre deben ir adelante, si tú logras es más difícil que te equivoques. Hay que defenderlas de los ataques y a veces de los propios amigos y amigas. Aprendí de Claudia, la entonces presidenta municipal, que hay que ser valientes.
—En esa administración fuiste secretario de Movilidad, ¿qué aprendiste?
—Ahí aprendí que la agenda de movilidad es la agenda de derechos humanos, de la gente, y que debe de estar en el centro de la atención pública. Se favorecieron muchas obras de infraestructura que beneficiaron a la gente que menos tenía. A la gente que no tiene acceso a un vehículo, se sensibilizó entre los poblanos que el espacio público no tiene unos cuantos dueños, sino que el espacio es de todas y de todos.
Pusimos a Puebla en el mapa internacional a través del programa Ciclociudades, reconociendo un avance importante en año y medio en comparación con lo que se hizo en 15 años. Dimos pasos muy importantes, nos adelantamos a la ley y nos adelantamos al discurso.
Atendimos el espacio público. Pienso que las intervenciones que se realizaron en la Secretaría de Movilidad fueron de gran impacto social y que hasta ahorita siguen.
Las hicimos con sectores sociales, con la iniciativa privada.
Fue una secretaría que tuvo un profundo diálogo con todas las partes, fue una atención básica en el tema de COVID. Lo que se hizo en materia de ciclovías temporales fue un aspecto muy importante para mover mercancías, medicamentos en la época de COVID.
—Pusieron también parklets.
—Los parklets también obedecían a esa misma dinámica. Son espacios públicos de alta calidad en espacios abiertos, que privilegiaron la convivencia, la reactivación económica y el esparcimiento de miles de poblanos en espacios que antes eran ocupados por vehículos.
—Luego, ¿hacia dónde caminas?
—Nuestra agenda siempre ha sido ciudadana mucho más allá de un partido político. Es importante dejarlo claro. Las causas siguen y las causas se defienden todos los días. Ahí estaremos nosotros, como aliados en temas de derechos.