Gracias a su capacidad de adaptación, los insectos habitan prácticamente todos los ecosistemas del mundo y son un alimento del que se nutren otros insectos, algunas plantas, muchas aves, peces, reptiles, anfibios, mamíferos y el mismo ser humano, por lo que es comprensible que formen parte de la dieta tradicional de nuestro país desde épocas remotas.
México es el país que tiene más de 500 especies comestibles de insectos incorporados a su cocina, entre los que destacan los chapulines, hormigas chicatanas y escamoleras, el ahuautle, los gusanos rojos y blancos del maguey, jumiles y xahues, los toritos, periquitos de aguacate, frailecillos y la grana cochinilla, sin olvidar la gran aportación de las mieles que nos proveen las abejas.
Los insectos viven amenazados, como tantas otras especies, por el uso extensivo y desmesurado de herbicidas e insecticidas para la agricultura, así como por la pérdida de territorios, la contaminación de los ecosistemas, el crecimiento de las ciudades, los monocultivos y la tala de los bosques. Frente a estos retos, la humanidad necesita modificar sus hábitos de producción y consumo de alimentos y los insectos, forman parte del patrimonio biológico que debemos de conservar.
En nuestra gastronomía, la introducción de nuevos ingredientes y sus formas de combinarlos han ido renovando, hasta nuestros días, los muchísimos platillos que forman parte de la gran cocina mexicana: reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Importante proteína, sin impacto negativo
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), ha señalado a los insectos como una fuente importante de proteína cuyo uso no tiene el enorme impacto negativo que genera la ganadería sobre el planeta. Son un recurso sano, rico al paladar y cuyo aprovechamiento por los seres humanos resulta amigable con el medio ambiente.
El cultivo y recolección de los insectos como alimento, está profundamente ligado a los territorios y saberes tradicionales de los pueblos indígenas y campesinos de México que, en muchas ocasiones, son los más comprometidos en la defensa de los recursos naturales de nuestro país y el continente.
El Arte de Comer Insectos
La Universidad Nacional Autónoma de México, la Secretaría de Cultura del Gobierno de la República, el Gobierno de la Ciudad de México, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y el Colegio de San Ildefonso presentan la exposición El Arte de Comer Insectos, un recorrido histórico en cuanto a la presencia e importancia de los insectos en la culinaria mexicana, así como una aproximación estética al universo gastronómico mexicano que entrelaza los caminos de la cocina, el arte, la biología y la historia y busca reflexionar acerca de lo que comemos y sus implicaciones sociales y medioambientales.
Más de 180 piezas procedentes de 23 colecciones, incluyendo objetos arqueológicos, fósiles en ámbar, cajas entomológicas, ilustraciones científicas, óleos, grabados, obra en técnica mixta, objetos de época, fotografías y vídeo.
Para la realización de esta muestra fue muy importante el apoyo de las diversas instituciones públicas y privadas, sin cuyos acervos y participación esta exposición no podría haberse realizado
En la muestra se incluyen seis obras recientes del maestro Toledo, quien contribuyó con el desarrollo creativo de la exposición. Durante el montaje nos sorprendió su fallecimiento: queda aquí algo de su mirada, de su amor al arte y a la cultura, de su activismo en favor del patrimonio de México y la naturaleza.
Con información de San Ildefonso