Son muchos los pueblos fantasma que podemos encontrar a lo largo y ancho de Estados Unidos, pero si lo que queremos es visitar uno que mantenga una genuina apariencia de las antiguas poblaciones del oeste debemos dirigirnos a California.
Bodie Ghost Town es un pueblo minero situado junto a la frontera con Nevada, que sumerge a quien se adentre por sus calles en un ambiente de película.
Sobre un pequeño altiplano localizado frente a la Sierra Nevada aparece, como salido de la nada, en una remota área que vivió una auténtica fiebre del oro en la segunda mitad del siglo XIX.
Varias decenas de yacimientos fueron atrayendo a este punto a miles de personas hasta llegar en su apogeo a las 10000 almas, tan solo un par de décadas después de su creación.
Fue a partir de 1880 cuando comenzó el declive de la actividad obligando a los buscadores de oro a emigrar rápidamente, a pesar del intento de algún empresario de remontar el negocio. Cuando la última mina cerró en 1942 el lugar ya estaba considerado prácticamente un pueblo fantasma.
Un lugar viejo y decadente
Tras el abandono total de Bodie, el sistema de parques estatales de California lo convirtió en Parque Histórico en 1962.
El conjunto de casas fue puesto en valor como Distrito Histórico y preservado de manera que se respetaba la propia evolución del lugar con los efectos del paso del tiempo. Se evitó la instalación de negocios contemporáneos como tiendas, bares o restaurantes, a excepción de un museo.
Una modalidad que confiere al sitio una apariencia decadente pero auténtica que impresiona a los numerosos visitantes que llegan hasta él año tras año.
Su alto grado de conservación, en gran parte, es debido una curiosa superstición, según la cual aquella persona que se lleve de la población de Bodie algún objeto como recuerdo recibe una maldición que le provoca pesadillas de manera recurrente.
Los 2000 edificios con los que llegó a contar Bodie, entre los que había hasta 65 salones a lo largo de su calle principal, así como iglesias, bancos, una escuela, un cementerio, burdeles – llegó a existir un «Barrio Rojo» – o hasta un Chinatown, han quedado reducidos a unas 110 estructuras que aún se mantienen en pie.
A pesar de ello, Bodie es en la actualidad uno de los pueblos fantasma mejor conservados de Estados Unidos y una verdadera reliquia de la fiebre del oro del en California.
Con información de El Periódico