Hace 46 años, concretamente el 4 de junio de 1976, el punk de los 70 se escuchó en su estado más puro. Es uno de los momentos favoritos de los melómanos porque guarda todas las esencias de este movimiento radical que cambió la música para siempre: hay rebeldía agresiva, hay fracaso intrínseco, hay provocación y hay desgarro guitarrero y vocal.
Diez años después del ‘verano del amor’, tres antes de que The Clash publicara London Calling, el Nuevo Testamento del punk, en ese caldo de cultivo previo al Thatcherismo que tanto ha inspirado a Ken Loach, un par de estudiantes universitarios de Manchester querían montar un concierto en el campus.
Ellos tenían su propia banda, The Buzzcoks, y su intención era juntar a grupos que se salieran de lo establecido para liar algo distinto. Habían leído una entrevista cañera de los entonces desconocidos Sex Pistols, así que se pusieron en contacto con su manager para invitarlos. Aceptaron. No así los responsables del centro educativo, que censuraron el concierto.
Al final encontraron hueco en una sala de gran trayectoria, el Lesser Free Trade Hall. Solo hubo unas 40 personas de público, pero pasó algo irrepetible, algo transformador que se bautizó años después, en un programa especial de la BBC, como The Gig That Change the World (El concierto que cambió el mundo).
Los Sex Pistols tocaron 13 canciones en su set, incluyendo versiones de Don’t Give Me No Lip Child de Dave Berry, (I’m Not Your) Stepping Stone de Paul Revere and the Raiders, What’cha Gonna Do About It de los Small Faces, No Fun de The Stooges y Substitute de The Who. Cuando se les pidió un bis, tenían tan pocas canciones en el repertorio que volvieron a tocar el tema de la banda de Iggy Pop.
Sus dos canciones más famosas, God Save the Queen y Anarchy in the UK, aún no habían sido compuestas, pero otros temazos como Pretty Vacant, Problems, New York y No Feelings ya aparecen aquí en su forma primitiva.
Con información de Esquire