Primero aclarar que América ya existía cuando recibió la incomoda visita del explorador genovés, Cristóbal Colón. Su riqueza y su historia ya estaban ahí, en un territorio paradisiaco y abundante.
Hace poco bajaron del pedestal a Cristóbal Colón y surgieron muchos cuestionamientos alrededor del «descubrimiento de América», el último reveló que es probable que el explorador no fuera el primero en pisar tierras americanas sino un fraile italiano que escribió sobre América 150 años antes que Colón.
Según historiadores, el explorador era poco querido, por ser un personaje ambicioso y mezquino. La única deuda que podríamos tener con él es el hecho de que haya podido reunir dos culturas, con todos los elementos que tú quieras.
La expedición de Colón no estuvo motivada por la expansión del conocimiento, sino por la adquisición de recursos. Y cuando lo que esperaban encontrar no se materializó, los conquistadores utilizaron a la gente y a los recursos naturales en el continente como una fuente de riqueza.
El «descubrimiento» del «Nuevo Mundo» no marca una ruptura epistemológica; Colón se fue a la tumba sin saber que se había tropezado con un nuevo continente. Muchos de los exploradores que siguieron sus pasos, no descubrieron algo nuevo, sino que encontraron versiones fragmentadas de sí mismos, sus deseos y ambiciones.
La Era de la Exploración hace más mal que bien porque encubre la historia, dándole un aire noble y académico a la época del imperialismo. Los europeos pueden haber incrementado su conocimiento en flora, fauna y topografía del mundo en este período, pero con frecuencia lo hicieron a costa del conocimiento indígena y de su sistema de valores.
Cualquiera que sea la perspectiva con la que se aborden las nuevas historias del conocimiento global, nunca se puede ignorar la crítica relación que existe entre poder y conocimiento.
Para los habitantes autóctonos del continente americano, la brutalidad del proceso de conquista y colonización europea, así como los estragos que causaron las enfermedades que trajeron y que diezmaron a la población pesan más que los potenciales beneficios de entrar en contacto con otras personas.
Los viajes de los exploradores europeos iniciaron el comercio de esclavos.
Esa también fue la época del comercio de esclavos a gran escala. Se estima que, en 1820, más de 10 millones de personas de África occidental habían sido esclavizadas en América en contra de su voluntad. Esa realidad desestabilizó y diezmó a estas poblaciones. Para ellos, sin duda, la Era de la Exploración hizo más daño que bien.
Para muchos europeos, sin embargo, fue favorable. Europa estableció compañías dedicadas al comercio y que con frecuencia aprovecharon los sistemas de intercambio locales. Así crearon una red global de productos.
La conquista y la colonización le trajo riqueza y poder a Europa, permitiéndole a la región ocupar una posición de dominio global. En ese proceso, el continente se enriqueció como nunca. Incluso se benefició de cierto tipo de flora y fauna, que terminó siendo muy rentable.
¿Interés comercial o intercambio cultural?
La Era de la Exploración brindó oportunidades para que las sociedades y culturas interactuaran; puso en contacto a todas las partes del mundo, allanando el camino para las economías globalizadas que vemos hoy; permitió que una red de conocimiento se extendiera por todo el mundo. En cierta forma, el mundo contemporáneo se construyó a partir de los cambios que produjo esta época.
Con información de la BBC News