Durante siglos, o quizá desde siempre, en el mundo occidental el placer masculino se ha asociado casi exclusivamente al pene. Pero esa no es la única forma, se dice que las dos principales zonas erógenas de nuestro cuerpo son el cerebro, seguido de la piel.
Además, existen una serie de zonas erógenas que tienen más terminaciones nerviosas que te provocan las mejores sensaciones. La ciencia encontró un mapa del placer con varios puntos erógenos ubicados en lugares del cuerpo que nunca imaginaste. Sigue leyendo y ve si eres un maestro del placer.
El Punto P
Situado en la próstata, de ahí lo de la P, se podría decir que debido a la intensidad de las sensaciones que produce excitarlo, es el equivalente masculino al punto G de las mujeres. La próstata es una glándula en la que se almacena el semen y que a la vez le aporta a éste algunos elementos químicos fundamentales para su conservación y viabilidad. Tiene forma de nuez y se localiza justo debajo de la vejiga.
La glándula prostática es la responsable de la eyaculación y tiene un papel fundamental en la erección y el orgasmo.
La forma más sencilla de estimular el punto P es a través del ano, esta es la razón por la que durante mucho tiempo ha sido “inaccesible” para muchos hombres que no habían superado todavía el tabú de beneficiarse de su ano para obtener placer sexual.
Los orgasmos y las eyaculaciones que se alcanzan a través de la estimulación del punto P normalmente son más intensas que las habituales.
El Punto L
Existe una forma indirecta de estimular el punto P que consiste en masajear la zona situada entre el escroto y el ano, el llamado perineo. Se trata del punto L y al presionarlo, notaremos que esta presión se transfiere hasta la próstata. Las sensaciones a través del punto L no son tan explosivas como las que se sienten con el punto P, que estimula la próstata directamente, pero al estar estimulándola igualmente, también se pueden alcanzar orgasmos bastante potentes y diferentes a los habituales.
El Punto O
Al hablar del punto O, nos estamos acercando al terreno del sexo tántrico, buscando las conexiones existentes entre el pene y la próstata con partes del cuerpo que aparentemente no tienen nada que ver.
El punto O está ubicado justo al final de la columna vertebral, en la punta del coxis y si se masajea, poco a poco se van despertando los nervios internos que lo unen con nuestras zonas sexuales.
Te aconsejamos que, si te decides a probar este punto, lo hagas con calma y mentalidad abierta. Es probable que te cueste un poco encontrarle la gracia a esta técnica, pero si lo consigues, te abrirá las puertas hacia toda una nueva dimensión de placer.
La Zona X
Algo parecido pasa con la zona X, que abarcaría la equis que podríamos trazar desde el contorno interior de cada glúteo, cruzándose en el ano y terminando en los laterales del perineo y los testículos.
Es una zona de extrema sensibilidad que, en algunos casos, más que excitación, puede darnos muchas cosquillas. Te recomendamos reservarla para la parte de los preliminares.
El Punto R
¿Haz visto esa línea de piel más oscura que se extiende desde la base del pene, pasa entre medio de los testículos, atraviesa el perineo y acaba en el ano? Pues bien, esa línea tiene un nombre: “rafe”, y se trata de una piel muy fina y sensible.
Su estimulación tiene que ser muy suave, casi con un solo dedo o con la punta de la lengua, pero constituye un área perfecta para acariciar como preliminar del sexo oral o la estimulación del punto L o P.
El Punto F
Ubicado en la zona inferior del glande y que abarcaría el frenillo y las partes aledañas del glande. Esta zona debería ser siempre clave en la masturbación, durante la cual se puede estimular con uno o ambos pulgares, y en el sexo oral. Actualmente también existen dispositivos que inciden directamente en esa zona para provocar orgasmos que tienen un funcionamiento similar al del célebre Satisfyer de las mujeres.
Con información de Mens and Health