Time Out Index preguntó a 20.000 habitantes de las principales ciudades en el mundo, ¿cuál es el mejor barrio? ¿Qué lo hace especial? ¿Cuáles son los lugares imprescindibles para divertirse, comer, comprar y hacer comunidad? Desde Portugal a Camboya, muchas ciudades figuraron en el conteo, pero solo un barrio mexicano en Guadalajara se llevó la corona este 2022.
Además, los locales eligieron otros vecindarios como sus favoritos en México, como Versalles en Puerto Vallarta. Nuestro país es un lugar lleno de calidez en su gente, gastronomía deliciosa y hallazgos únicos en sus calles. Te presentamos los 10 barrios más votados en este ‘ranking’:
1. Colonial Americana en Guadalajara, México
Guadalajara es la capital cultural de México y ahora mismo, destaca ‘Time Out’, Colonial Americana es el epicentro de su escena ‘underground’. Su mezcla de mansiones ‘art déco’ y neoclásicas con casas ocupadas por artistas, tiendas de música y elegantes cafés convierten este barrio en una delicia para sus habitantes y un lugar a descubrir para los turistas. La plaza que rodea el neogótico Templo Expiatorio del Santísimo (en la imagen) es un buen lugar para comprender la naturaleza del barrio. Desde aquí se puede observar el trasiego de la gente a cualquier hora del día gracias a sus numerosos carros de comida y a los artistas callejeros. Por la noche se cambia el café por el tequila en los animados bares de la avenida Chapultepec.
2. Cais do Sodré en Lisboa, Portugal
Se coloca en la segunda posición de esta clasificación. Es el corazón de la vida nocturna lisboeta desde hace años, pero su reconversión en la última década lo ha hecho un lugar del que se puede disfrutar también de día. En este tiempo han desembarcado los jóvenes chefs más prometedores de la cocina portuguesa y pequeñas tiendas de artesanos han dado un nuevo impulso al barrio. Intervenciones artísticas como su famosa calle rosa (en la imagen) le han terminado de dar un toque bohemio que atrae a turistas de todo el mundo. Pero no por ello Cais do Sodré ha perdido su personalidad. Este antiguo barrio de marineros y prostitutas no ha perdido fuelle con el paso de los siglos y sigue siendo un punto de ebullición, un lugar abierto y multicultural que discurre en paralelo a la ribera del Tajo.
3. Wat Bo Village de Siem Reap, Camboya
Se ha convertido en el lugar preferido de los expatriados que frecuentan sus numerosos bares de estética chinesca, sus restaurantes jemeres experimentales o sus elegantes hoteles de diseño. La zona se desarrolló gracias al turismo que visitaba la famosa Ciudad de los Templos de Camboya en los años noventa. Ayudado por su idílica ubicación junto al río, ahora es un barrio elegante e internacional. Eso no le ha impedido desarrollar en estos años un carácter propio gracias a eventos culturales como el Festival de Escritores y Lectores patrocinado por la Unesco, que presenta a autores locales e internacionales con talleres, proyecciones y veladas sociales. Se celebra en diciembre. Wat Bo, que hasta hace poco era un suburbio residencial olvidado, se ha convertido en la zona más animada de la ciudad.
4. Ridgewood en Nueva York, EE UU
Puede que el nombre, a pesar de estar en la mediática Nueva York, no le suene mucho. Quizá sea porque Ridgewood es un barrio que se difumina entre las fronteras de Queens y Brooklyn, que se llevan la fama. Sin embargo, en los últimos años se ha formado una personalidad propia, combinando la diversidad y el ambiente local de Queens y las ofertas de moda de Brooklyn. A pesar de tener una escena gastronómica consolidada, está en constante renovación. Mantiene intacto su pasado con una impresionante decena de distritos históricos, incluidas las hileras de casas de ladrillo de dos plantas que definen la zona. De hecho, Ridgewood alberga la casa colonial holandesa de piedra más antigua que se conserva en Nueva York: la Vander Ende-Onderdonk, construida originalmente en 1709.
5. Mile End en Montreal, Canadá
Históricamente fue un centro de inmigrantes y artistas judíos, y con los años ha ido mutando hasta convertirse en un enclave cultural de la ciudad. Aquí se pueden encontrar algunos de los mejores restaurantes, librerías y floristerías de Montreal. Pero también tiendas de alimentación y panaderías, pues a pesar de su atractivo turístico sigue siendo un lugar donde hacer vida de barrio, agradable de pasear pero también para vivir. Hay tiendas de velas y un montón de coquetos cafés especializados en ‘bagels’, pero también parques, plazas y paseos llenos de vecinos.
6. Barrio Logan en San Diego, EE UU
Su ubicación (a solo 25 kilómetros de la frontera con México) lo convierte en un vibrante e histórico centro de la cultura mexicano-americana. Su centro es el parque Chicano, que se extiende bajo la gran autopista que divide el barrio (en la imagen). En sus pilares se puede admirar la mayor concentración de murales chicanos del mundo, con más de 80 pinturas de categoría mundial que representan escenas de la Revolución Mexicana, feroces guerreros aztecas y retratos de héroes de gran tamaño como Frida, Diego y César. La zona vive de pequeñas empresas familiares que han servido platos de tacos durante décadas, como Las Cuatro Milpas. Además, se puede tomar café en Por Vida, comer tacos callejeros en Salud Tacos, visitar la galería Bread & Salt para ver su última exposición y acabar el día con unas cervezas artesanales mexicanas en Border X Brewing o Mujeres Brew House.
7. Shimokitazawa en Tokio, Japón
Este barrio es un habitual en este ‘ranking’. Aquí se coló en 2019 por última vez. Desde entonces el barrio (a tan solo una parada en tren de la célebre Shibuya) ha pasado por una renovación masiva. Anteriormente era conocido por sus tiendas ‘vintage’, pero Shimokita, como lo llaman los tokiotas, ha evolucionado hasta convertirse en mucho más. Siguen sobreviviendo muchas tiendas de ropa antigua pero el barrio es hoy también un punto de interés para los entusiastas del cine ‘indie’, los cafés y los amantes de la comida y los ‘onsen’, los típicos balnearios japoneses. En este centro de moda también han aparecido innumerables establecimientos comerciales y gastronómicos. Shimokita está repleta de negocios independientes clásicos y opciones asequibles para comer, beber y comprar.
8. Cliftonville en Margate, Reino Unido
Es el hogar de una de las comunidades artísticas más prósperas del Reino Unido, en gran parte debido al éxodo de jóvenes londinenses que se han mudado a la zona atraídos por sus viviendas asequibles. Su cercanía al mar es otro incentivo. Margate es la clásica ciudad costera de Inglaterra, pero este barrio tiene un alma que lo asemeja más a Londres. La columna vertebral del vecindario es Northdown Road, que se extiende desde el casco antiguo hasta Palm Bay. Northdown, que hasta hace poco era un desfile de tiendas benéficas y casas de apuestas, ahora alberga tiendas de discos, cafés, locales de ambiente y galerías de arte.
9. Barrio Yungay en Santiago de Chile, Chile
Aquí los lugareños de clase trabajadora pasean junto a creativos bohemios en bulevares como Lavaud, revestido con una diversa gama de fachadas barrocas, Bauhaus y ‘art déco’. Este barrio chileno acoge a varios museos y el exuberante espacio verde del Parque Quinta Normal, mientras que en sus calles surgen restaurantes que sirven comida tradicional junto con pizzerías de corte moderno. Con el estatus de patrimonio nacional como el primer barrio planificado de la capital chilena ha tenido una reputación vanguardista en los últimos años, cuando el colorido barrio de Yungay se ha convertido además en un imán para los jóvenes.
10. Cours Julien en Marsella, Francia
La segunda ciudad más grande de Francia alberga en este barrio una de las comunidades artísticas más vibrantes de Europa. Cours Julien está lleno de murales urbanos, además de todo tipo de artistas y músicos que hacen de la calle su escenario. Al este del elegante puerto deportivo de Marsella y a poca distancia a pie del pintoresco Puerto Viejo, este bullicioso barrio fue una vez el hogar de los mercados mayoristas al aire libre de la ciudad. Es un hervidero creativo repleto de mercados callejeros, locales de música en vivo, tiendas de ropa ‘vintage’, librerías de segunda mano y viejos almacenes reutilizados como galerías de arte de moda.