La salud mental se ha convertido en uno de los principales objetivos a cuidar a nivel de sociedad, sobre todo en cuanto a enfermedades como la esquizofrenia o la depresión se refiere. Las nuevas generaciones se someten a continuas charlas y seminarios sobre la importancia que tiene pedir ayuda a los expertos y cuidarse a nivel mental, al igual que también es vital mantener un buen nivel físico. Se trata, por lo tanto, de un tema que hasta el propio Gobierno está promoviendo a través de diferentes ayudas y medidas para hacer frente a todo tipo de casos de trastornos o demás enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la propia salud mental como un estado de bienestar en el cual toda persona es consciente de sus propias capacidades, pudiendo afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y con el que es capaz de hacer una contribución a su comunidad. Además, es un derecho humano fundamental y un elemento esencial para el desarrollo personal y socioeconómico.
Todo ello representa el polo opuesto a problemas mentales como, por ejemplo, la esquizofrenia, un trastorno intelectual grave que afecta, a escala mundial, aproximadamente a 24 millones de personas, es decir, a 1 de cada 300 en todo el planeta. Tal y como plantea la propia OMS, la esquizofrenia provoca alucinaciones, delirios y ciertas conductas extravagantes (como un aspecto estrafalario) en las personas. Además, la organización mundial expone que se trata de una enfermedad habitual que padecen, sobre todo, aquellos que son víctimas de estigmas, discriminación o violación de sus derechos humanos, entre otro muchos motivos.
Sin embargo, los últimos estudios también ponen en evidencia que aquellas personas que conviven a diario con gatos tienen mayor tendencia a sufrir este trastorno en particular. Todo ello como consecuencia de la presencia de un parásito que se infiltra en el sistema nervioso de los felinos y que está detrás del desarrollo de la esquizofrenia en los seres humanos posteriormente.
La esquizofrenia se potencia en casos de personas que conviven con gatos
La hipótesis de que los gatos han elevado las probabilidades de desarrollar tipos de esquizofrenia en las personas no es nueva. Aproximadamente desde mediados de los 90 ya se sugería esta tendencia, pero, como todo en la vida, la falta de contraste y de estudios de caso hicieron de esta teoría una mera conjetura más. No obstante, los estudios llevados a cabo durante los últimos años, proponen una conclusión aún indefinida, aunque muy encaminada, sobre la relación entre tener un gato y padecer esquizofrenia.
A raíz de este debate, científicos del Centro de Investigación en Salud Mental de Queensland, Australia, ha publicado un estudio que respalda una asociación entre la exposición a los gatos y un mayor riesgo de trastornos relacionados con la esquizofrenia, aunque es necesario realizar más estudios de alta calidad en este campo. La razón principal se encuentra en que estos animales de compañía pueden transportar y transmitir al ser humano un parásito llamado Toxoplasma gondii, un protozoo parásito intracelular.
Este parásito, transmitido a través de las heces de los felinos, ha sido asociado con cambios en el sistema nervioso central y la función cerebral. Aunque la infección suele ser asintomática en personas sanas debido a la capacidad del sistema inmunológico para controlarla, las mujeres embarazadas y poblaciones más vulnerables podrían enfrentar un riesgo mayor.
El equipo de actores involucrados, liderados por John McGrath, analizó 17 estudios existentes sobre el asunto para tener una idea más clara del mismo y analizar sus propias teorías. «Encontramos una asociación entre la tenencia de gatos en sentido amplio y el aumento de las probabilidades de desarrollar trastornos relacionados con la esquizofrenia», escriben los autores de la investigación publicada en la revista científica Schizophrenia Bulletin.
Tras ajustar las covariables, los investigadores observaron que los individuos expuestos a los gatos tenían más o menos el doble de probabilidades de desarrollar esquizofrenia que cualquier otra persona. En este contexto, los científicos enfatizan la importancia de la buena higiene, especialmente entre los niños que conviven con gatos, para reducir la exposición al parásito. Asimismo, subrayan la necesidad de llevar a cabo más estudios de alta calidad basados en muestras grandes y representativas para comprender mejor la relación existente entre las dos variables estudiadas en el caso.
(Con información de Voz Populi)