Gilberto Brenis / @GilbertoBrenis
José el Soñador y la magia del teatro
En 1984 se estrenó en los Televiteatros de la Ciudad de México la comedia musical original de Andrew Lloyd Webber, José el Soñador. Bajo la producción de Julissa y con una inversión importante, José logró muy buenas críticas y la respuesta del público que acudía a verla.
Julissa fue la encargada de la traducción de la obra que era protagonizada, en un inicio, por Olga María y Guillermo Méndez y, posteriormente, por María del Sol y Manuel Landeta.
Yo tuve la posibilidad de verla con el segundo elenco el 21 de julio de 1984, tenía 16 años. Me encontraba de vacaciones en la Ciudad de México en casa de unos tíos. Antes de ir al teatro hablé por teléfono con mi papá, hablamos de todo y de nada. Después de la función regresé a casa de mis tíos para enterarme que a mi papá le había dado un derrame cerebral y que tenía que regresar a Córdoba pues había fallecido.
A partir de ese momento José el Soñador se convirtió en uno de mis musicales favoritos y es que me había gustado tanto que decidí no mezclarlo con la muerte de mi padre, sino en hacerlo una especie de homenaje a él.
Este año el telón se vuelve a abrir justo en el mismo lugar, solamente que ahora se llama Centro Cultural y ha sido reconstruido después de caerse en el terremoto de 1985, y con Carlos Rivera y Fela Domínguez en los roles estelares.
Tuve la oportunidad de asistir a la noche de estreno para prensa y debo decir que la puesta en escena es simplemente espectacular.
Toda la producción corre perfectamente en pantallas que abarcan prácticamente todo el escenario y que tienen imágenes y animaciones específicamente realizadas para la obra y que están en sincronización perfecta con la música en vivo. El cierre del musical es simplemente una fiesta imposible de colorido, música, baile y energía.
No puedo evitar compartir que lloré. Me embargó la nostalgia, el recuerdo y la tristeza. También constaté que mi memoria no está tan mal porque me acordaba muy bien de las letras (en 1984 compré el álbum doble y lo escuchaba todo el tiempo).
Sin duda, José el Soñador puede ser un referente para muchos de los que amamos el teatro. Quienes la han visto tienen un cariño especial, por diferentes razones, a José y quienes no la han visto seguramente se enamorarán de ella.
Al final es una historia de confianza, de amor, de fe y de esperanza… todo esto que necesitamos ahora a raudales.