Melissa Sofía Jiménez | Tribuna Comunicaciones
Alrededor de la actividad del huachicoleo se ha desarrollado una especie de cultura que enaltece esta actividad ilícita. Los pobladores de las zonas en donde se presentan tomas clandestinas defienden a los huachicoleros y han incorporado todo lo relacionado a la ordeña de hidrocarburos a sus vidas.
Complicidad
Bomberos de San Martín Texmelucan sofocan un incendio provocado por una toma clandestina en el poliducto Minatitlán-México, en el municipio de San Matías Tlalancaleca.
Bomberos de San Martín Texmelucan sofocan un incendio provocado por una toma clandestina en el poliducto Minatitlán-México, en el municipio de San Matías Tlalancaleca. (Fotografía: Agencia Enfoque)
En diversos operativos por parte de las autoridades, la población de las zonas en que se registra robo de hidrocarburos ha impedido el paso de los militares o bien, los ha agredido de forma directa para que se retiren, no permitiendo que continúen con su labor.
El 3 de mayo del 2017 hubo un enfrentamiento entre el Ejército y presuntos huachicoleros en la localidad de Palmarito Tochapan, perteneciente al municipio de Quecholac, y, según la versión oficial, estos últimos utilizaron a mujeres y niños como escudos humanos.
Mientras, en San Martín Texmelucan, otro municipio poblano, se han registrado diversas fugas de combustible debido a la “ordeña” de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), hechos que la población del lugar aprovecha para practicar la rapiña, recolectando el combustible en bidones o botellas de plástico, actividad en la que participan incluso familias completas.
“Niño Huachicolero”
Entre los pobladores del llamado Triángulo Rojo (un conjunto de seis municipios poblanos por donde, a través de los ductos de Pemex, circula el 40% del combustible destinado a Ciudad de México*) se ha extendido la veneración al “Niño Huachicolero”; figura religiosa a la que se encomiendan los ladrones de combustible, así como los narcotraficantes lo hacían con Jesús Malverde.
Lo que caracteriza a este Niño Dios es que además del clásico ropón religioso, sujeta pequeños bidones de gasolina y mangueras de plástico, en alusión al robo de combustible. Y aunque, como era lógico, la Iglesia católica no aprueba la veneración a esta imagen, dejando en claro que es “una distorsión de la devoción” que dicta su doctrina, los habitantes de la zona lo buscan y se encomiendan a él.
Música alusiva
Dentro de la cultura del huachicoleo se han compuesto diversas piezas musicales que son clasificadas como corridos debido a que en sus letras se enaltece este ilícito y se les da trato de “héroes” a quienes la practican:
Para los huachicoleros/ Voy a cantar un corrido / Porque son gente del pueblo / Que no temen al peligro / Y aunque no son petroleros / De Pemex siempre han vivido”
Romper los tubos no es fácil / Son la puerta del infierno. (…)”
Es el infierno y la Gloria / Para los huachicoleros / Y hoy por hoy hacen historia / Y nadie puede con ellos / Porque le llenan la bolsa / A alguien con mucho dinero”
Según el Reporte de tomas clandestinas en 2018 de Petróleos Mexicanos, hacia finales de ese año Puebla ocupaba el primer lugar a nivel nacional en cuanto al número de tomas ilícitas, con un total de mil 815. Le siguen los estados de Hidalgo y Guanajuato, con mil 726 y mil 547, respectivamente.
* Antes del cierre de ductos ordenado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, como parte de su plan para combatir el robo de combustible