La Vanguardia
El éxito de una miniserie de televisión estadounidense sobre el desastre en la ciudad ucraniana de Chernóbil, donde ocurrió el peor accidente nuclear del mundo, ha incrementado el número de turistas que quieren ver la planta y la fantasmagórica ciudad que la rodea.
Una agencia de viajes de Chernóbil reportó un aumento del 40 por ciento en las reservas desde que Chernobyl, la serie, producida por HBO, se estrenó en mayo con excelentes críticas. Los tours en inglés generalmente cuestan unos 100 dólares por persona.
En abril pasado se cumplieron 33 años del desastre en la entonces Ucrania soviética, causado por una falla en una prueba de seguridad en el cuarto reactor de la planta atómica que envió nubes de material nuclear a gran parte de Europa.
La miniserie de HBO describe las consecuencias de la explosión, la vasta operación de limpieza y la investigación posterior.
El área alrededor de la planta conserva la sensación de un páramo post-apocalíptico, donde los perros callejeros deambulan y la vegetación invade edificios sin ventanas y abandonados, cubiertos de escombros.
Sergiy Ivanchuk, director de la agencia de viajes SoloEast, contó a Reuters que la firma registró un alza del 30% en la llegada de turistas en mayo respecto al mismo mes de 2018. Las reservas para junio, julio y agosto han trepado cerca del 40 por ciento desde que el estreno de la serie, agregó.
Yaroslav Yemelianenko, director de Chernobyl Tour, dijo que esperaba un incremento similar, del 30 % al 40% gracias a la serie de televisión. Su compañía ofrece una gira por locaciones mostradas en la serie, entre ellas el búnker donde los funcionarios locales tomaron la decisión inicial de no evacuar después de la explosión.
La empresa Chernobylwel incluso permite entrar en las as partes que todavía están en funcionamiento de la Central Nuclear.
Los turistas abordan autobuses en el centro de Kiev y son trasladados 120 kilómetros a la zona, donde pueden ver monumentos a las víctimas, por las calles de Prípiat y pueblos abandonados, además de almorzar en el único restaurante en Chernóbil