La música negra es el origen de prácticamente todo lo que escuchamos en la actualidad y, sin embargo, sigue siendo una gran desconocida gracias a una industria musical injusta y esencialmente blanca.
En 1969 se organizó el Festival Cultural de Harlem con la intención de promover la música y la cultura afroestadounidense. Más de más de 300.000 personas se congregaron en Harlem, Manhattan para rendir tributo a la cultura de un barrio de Nueva York, consciente de su diversidad y de su riqueza. Pese a los esfuerzos de los organizadores de este evento y de la persona responsable de su filmación, el director Hal Tulchin, por vender la cinta a alguna productora, tuvieron que tirar la toalla al recibir negativa tras negativa.
Ya lo decía Gil Scott Heron: “la revolución no será televisada”. A la América de Richard Nixon no le interesaba un documental en el que se resaltaba el poder negro en un momento de lucha especialmente encarnizada por los derechos civiles de esa raza. El asesinato del reverendo Martin Luther King estaba aún demasiado fresco en la memoria.
El 16 de julio de este año se estrenó en salas de España, Summer of Soul, potente documental sobre el Harlem Cultural Festival de 1969, dirigido por Ahmir Thompson, más conocido como Questlove, el erudito baterista de The Roots. La película fue premiada en la última edición de Sundance y está siendo distribuida por Searchlight Pictures, una división de Disney.
El nuevo y premiado documental, The Summer of Soul, se propone corregir lo que cree que es un grave error cultural: el hecho de que lo que podría haber sido el «Woodstock negro» haya sido ignorado en gran medida durante más de medio siglo.
Este documental ofrece una fotografía muy precisa de lo que era la música negra justo en su mejor momento, cuando desbordaba motivación y creatividad. El desfile que vemos a lo largo de este metraje es apabullante: Stevie Wonder, The 5th Dimension, Gladys Knight & The Pips, The Staple Singers, Sly & The Family Stone, The Chambers Brothers, David Ruffin… y no sólo eso, sino que también tuvieron cabida, además del soul, otras músicas: blues (inmenso B.B. King), gospel (espectacular, el dueto entre la maestra Mahalia Jackson y la alumna aventajada Mavis Staples, quizá el momento clave del film), la música africana (Hugh Masekela) o, por supuesto, la otra parte de la cultura de Harlem, la cultura latina, con los imprescindibles Ray Baretto y Mongo Santamaría haciendo de las suyas.
¡Vayan a verlo, se están tardando!
Con información de Muzikalia