Pocas veces tiene uno la suerte de toparse con verdaderos héroes como es el caso de Elena Larrea, quien falleció víctima de una trombosis tras una complicación de una operación estética a la que se sometió recientemente.
El equipo de la Revista 360 Grados acudió en febrero pasado a Cuacolandia para entrevistarla por su lucha como activista a favor de los animales y enterarse de cómo sostiene un rancho en el que solo habitan caballos.
De entrada, mantener el terreno, a los equinos, comida, veterinario, medicinas son al menos un millón de pesos mensuales y para sostenerlo Larrea ha hecho de todo, pues incluso abrió una cuenta en Only Fans que le dio los recursos para sostener el espacio que ella creó a favor de los caballos, yeguas y burros que fue rescatando, desde el 2019 para acá, de los malos tratos tanto de algunos deportes ecuestres como de la policía montada.
También salvó de la muerte y el maltrato a equinos que servían para jalar las calandrias. Criticó a grupos de charros que para entrenar a sus animales golpeaban, azotaban y torturaban a los animales. Por ella nos enteramos que la suerte de algunos caballos que caminan es porque les colocan clavos en las patas y eso fue por sus denuncias.
Su nombre destacó desde el año pasado porque fue de las que peleó (junto con otras animalistas, así como la diputada panista Guadalupe Leal) para que la zoofilia fuera calificada como un delito en nuestra legislación. Ella, incluso, relató a esta revista cómo es que el diputado de Morena Eduardo Castillo se negaba a presentar al pleno el dictamen para su aprobación.
La misma Elena Larrea fue víctima de acusaciones y amenazas porque se atrevió a denunciar públicamente quienes lastimaban a los caballos, quienes abusaban no sólo física sino hasta sexualmente.
Su trabajo como defensora de animales no empezó aquí en Cuacolandia, ella inició desde hace muchos años, desde que era niña cuidando perros, gatos y todo tipo de mascotas. Más grande fue a África y participó con organizaciones que defienden animales salvajes ante los cazadores que usan a los animales como deporte y diversión.
Ya de vuelta en México, comenzó a rescatar animales que jalaban carretas, como calandrias, de la policía montada, o que eran usados como carga pero que excedían las condiciones de la propia bestia pues les deformaba la columna.
De ahí surgió Cuacolandia y poco a poco consiguió recursos para seguir salvando vidas animales y de ahí es que se las ideó en plena pandemia para subir fotos a redes sociales.
Admirada por muchos y criticada por otros que se vieron afectados, Elena Larrea fue una mujer perseverante, echada para adelante, que no se doblaba ante las amenazas o acusaciones. Nunca temió por las amenazas que recibió de otros grupos.
Y todo ello lo cuenta en esta entrevista que ahora la dejamos como parte de una ofrenda a su trabajo altruista a favor de los caballos. Ojalá haya muchas Larrea en el mundo que traten de salir adelante y que no se quiebren ante críticas o señalamientos.
Una heroína que tuvimos la suerte de toparnos con ella y dejamos esto en su memoria.