Nunca fui de las chicas más populares en la escuela, mi vida fue así durante muchos años, y cuando pasé a la universidad estuve rodeada de mujeres, por esto, digamos que mi percepción sobre los hombres no era la mejor, dicho de otra forma: nunca tuve chicos guapos en mi vida, hasta que llegó el día de tomar revancha. Me encontraba trabajando en una conocida universidad de Puebla y apareció sentado en mi escritorio un chico bastante guapo, alto, bien formado, ligeramente musculoso, con barba y «sangre caliente» dirían por ahí, o sea, veracruzano, del cual en esta ocasión no revelaremos nombre ni apodo, porque es prohibido.
Ya hace más de un año que le había perdido la pista, ocasionalmente nos escribíamos pero nunca se concretaba nada, y aquí es donde se pone buena la historia. El viernes 24 de noviembre, para ser exactos, fue el cumpleaños de un muy querido amigo, la fiesta comenzó temprano, nos apresuramos con los pendientes, resolvimos todo lo que quedaba de la semana y dimos paso a la decoración; las horas pasaban, la comida se terminaba y las cervezas seguían fluyendo de un lado a otro, hasta que recibí un mensaje que decía así: «¿Qué onda Tha, dónde andas?», los mensajes continuaron hasta que concluimos en que él llegaría a la fiesta.
Para esas horas yo ya no comprendía lo que había hecho, y además no sabía si estaba maquillada, desmaquillada, peinada, viva o muerta, así que como es mi costumbre comencé a entrar en pánico. Este hombre realmente me gusta, así que tenía que hacer todo lo posible por salvar el outfit desalineado que manejaba aquel día, así como la falta de maquillaje, las ojeras enormes y el grado etílico que tenía en la sangre.
El mundo tiene muchas necesidades y una de ellas es vestir, me encanta saber que a través de cómo nos vestimos podemos comunicar lo que pensamos, pues refleja mucho de nosotros y contiene nuestra esencia, que finalmente es lo que nos caracteriza del resto del mundo, pero también quiero ser muy realista, amamos la moda y nos encantaría vernos todos los días como las hermanas Hadid pero no se puede, somos personas reales que salimos a trabajar, estudiamos, caminamos por las calles, tomamos el transporte público o nos vemos encerrados horas en el tráfico, por lo que vestir así todos los días es complicado.
Dicho esto y esperando puedas entender el pánico que tenía en esos momentos, estos son mis 5 básicos para salir victoriosa:
- Jeans: ¡Me encantan! son súper fáciles de combinar, vestidos formales o informales siempre se verán increíbles, y un par bien puestos te harán destacar en todos los ambientes casuales, te recomiendo que no tengan mucha información de moda, es decir estampados, brillantes o pedrería.
- T-shirt blanca: Son un súper básicas incluso si no te ves como un tipo de persona que lleva una camiseta casual, algunas ocasiones sí incitan a estar cómoda y qué mejor que una t-shirt blanca que es el color más versátil, yo recomiendo que sea de alta calidad, para no caer en la típica camiseta que usamos para hacer trabajo rudo en casa, es decir, que te permita lucir cómoda y al mismo tiempo verte increíble.
- Chamarra de mezclilla: Es de toda la vida tenerla y son de lo más fáciles al combinar, puedes usarla con t-shirt, camisas, vestidos, suéter, son súper cómodas, te hacen lucir increíble, sin olvidar que neta te sacan de cualquier apuro.
- Flats o tacones divinos: ¿Te cuento un secreto?, no soy mega fan de los tacones, y la verdad es que todos creen que los asesores de imagen andamos entaconados todo el tiempo, y te prometo que no, pero sí te recomiendo tener un par de flats que combinen con todo y unos tacones que te estilicen, puedes optar por unos cómodos y que te hagan unas piernas increíbles. Mi recomendación siempre será apostar por un buen par, es decir, yo prefiero tener un buen par de zapatos que varios de marcas económicas.
- Un labial rojo: Ya sé, para algunas es súper difícil de usar, y te prometo que me pasó, pero de verdad le dan un toque increíble a tu maquillaje, intenta comprar tonos no tan encendidos mientras te vas acostumbrando y poco a poco ve subiendo el tono; cuando compres tu labial rojo, pruébalo directamente sobre tus labios, muchas mujeres lo probamos en la mano cuando en realidad allí el tono de la piel es diferente al del rostro, si testeas el lápiz en tus labios, tendrás la imagen real de cómo te verás con éste y te aseguro que será increíble.
Una de nuestras reglas básicas de la vida debería ser sentirnos bien con nosotros y, de no ser así, convirtámoslo en nuestro objetivo.
Espero que mis recomendaciones te ayuden pero, obvio, no olvido contarte: a la hora pactada él llegó y pasamos una velada increíble con mis amigos, pude salvar mi outfit y maquillaje gracias a mi labial rojo que ahora no sale de mi bolsa.
Concéntrate en tu bienestar, en sentirte cómoda y feliz para que tu entorno se dé cuenta de lo increíble que eres.