¿Usted es del pueblo bueno o del pueblo malo?
Le pregunto esto porque estoy a punto de declararme del pueblo «más o menos”, es decir, del regular. Como periodista, debo admitir que no soy del todo bueno, pero tampoco he sido del todo malo: digamos un ahí dos-dos, o un ahí dos-tres, un café con leche, eso sí, nada de leche deslactosada light, más bien bronca y hasta con natas.
Mientras leía lo que hicieron ayer los diputados locales de Morena, encabezados por José Juan Espinosa y por Gabriel Biestro para exigir juicio político a Rafael Moreno Valle, me hice la pregunta: ¿y estos son del pueblo bueno o del pueblo malo?
Me causó gracia que pidan la renuncia de Antonio Gali de la gubernatura, primero porque ese cargo es irrenunciable, sería licencia, y en segundo lugar porque en cosa de tres meses terminará su mandato, así que no hay que calentarse, porque a veces el que se enoja se convierte en el pueblo malo. Y hasta donde sabíamos, los que militan en Morena son del bueno.
Pero qué difícil es ser de los buenos y de los malos; que maniquea es la vida.
Fíjese: hace más de tres años, cuando el senador Luis Miguel Barbosa era presidente del Senado de la República, aprobó las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto, así como lo lee. En concreto, la reforma educativa la festejó en declaraciones a la prensa. Una vez que se inscribió en Morena la descalificó y dijo que era laboral y no educativa.
Muchos coincidimos en este último señalamiento, pero cuando participó en el Pacto por México ¿era del pueblo del malo? Ahora que ya corre sangre morena por sus venas ¿ya es del pueblo bueno?
José Juan Espinosa empezó su carrera política y buscó cobijo en las filas de Rafael Moreno Valle. Participó en la alianza que derrotó al marinismo en el 2010. Luego, como diputado local se volvió un enemigo a vencer. Hay grabaciones en las que presuntamente extorsiona a la entonces presidente municipal de San Pedro Cholula, ¿ahí era de los buenos o de los malos? Luego la liga se rompió y fue un crítico durísimo contra el entonces gobernador. ¿Suponemos que era de los malos, perdón de los buenos? Más tarde, buscó la presidencia municipal de la mano de Moreno Valle.
Un dato: en la crisis del 2014 por la llamada “Ley Bala”, quien buscó un apoyo nacional a favor de Moreno Valle fue José Juan Espinosa, pues hizo que Dante Delgado Rannauro se sentara en un restaurante de la Ciudad de México y respaldara al mandatario poblano. En aquel momento, suponemos que era de los buenos ¿o de los malos?
José Juan se hizo alcalde de la que llamó “Ciudad de bien” y empezaron sus problemas. Un día y otro también, los habitantes de Cholula estaban enojados con su nuevo alcalde. Desde esa posición, armó todo un merequetengue en contra de la privatización del agua potable (situación que nos parece buena), ah, pero no obstante, unos dos años antes como legislador votó a favor de que se concesione (nos parece malo).
Y bueno, ya de ahí lo hemos visto sufriendo por su doble lenguaje: sabemos que negoció con el morenovallismo, pero sabemos que también ataca a la menor provocación, (es decir, un día es del pueblo bueno y otro día es del pueblo malo).
Emilio Maurer Espinosa contendió en 1998 por el PRD a la alcaldía (era el outsider del momento) y casi le gana a Mario Marín Torres la nominación (hasta ahí parecía ser de los buenos), después nos enteramos que Manuel Bartlett, en ese entonces de los malos porque militaba en el PRI, usó la figura de Maurer para que Marín gobernara la ciudad. Maurer fue un títere para dividir a la oposición. Entonces, qué creen: se volvió de los malos.
Pasaron los años y a don Emilio le descubrieron que él era el encargado de producir la famosa leche Bety, que como característica principal era radioactiva y era la que se repartía en el gobierno de la ciudad de México en ese entonces gobernada por el PRD.
Ah pero les tengo una buena noticia: don Emilio se afilió a Morena y ¿qué creen? Se volvió bueno.
Fernando Manzanilla era de los malos porque era el principal operador del llamado grupo finanzas. Cuando inició el sexenio pasado, en su cargo de secretario general de Gobierno tomó medidas represivas incluso contra los medios de comunicación, pues él fue el principal impulsor de la ley mordaza que se intentó poner, bueno, en ese momento era de los malos, verdad.
Se dice que en ese puesto también espió a propios y extraños y utilizó la tecnología y a personajes que luego él mismo denunció, pero, como se afilió a Morena, también ya se volvió de los buenos.
Podríamos utilizar el ejemplo vivo de Manuel Bartlett, se le cayó el sistema para fortalecer a Carlos Salinas de Gortari, como gobernador mandó a golpear al alcalde de Puebla, Gabriel Hinojosa, intentó acabar con su oposición, era de los más duros, gracias a él Mario Marín hizo su carrera política.
Un caso más para las conversiones es el de Alejandro Armenta Mier. Todos lo recordamos como uno de los brazos del marinismo. Ahora es un senador de la República que está entre los finalistas para la gubernatura en el 2024, eso no solo lo hace bueno si no hasta guapo, cómo de que no.
Y si usted aún no ha dado ese viraje de 180 grados, es que no quiere ser de los buenos. No es tan difícil se trata de aplaudir como focas todo lo que haga el nuevo Presidencialismo, total que ese ya lo gobierna uno de los buenos.
Nos debemos preocupar nosotros, aquellos que somos mestizos, mezclados, que no nos gusta el maniqueo y que tenemos memoria.
Así que no se preocupe, mejor vuélvase de los buenos, total, todos tiramos a la manada.