Aunque ese dicho suena a salido de una cinta de ficheras, no, no es así. Existe una visión muy reciente que el que hace mucho logra demasiado, pero la realidad es más triste.
Es muy común que cuando se le marca por teléfono a un conocido y se le pregunta ¿Cómo estás? Te responde orgullosamente: “en chinga, hermano”, pareciera que es un código para que te demuestre que entre más hace, más tiene y más vale, cuando a veces la respuesta es más sencilla: “bien, dime”
Te sientas a ver esa serie que se estrena y estabas esperando. Pero acto seguido, en cuanto empieza, sacas el celular y revisas tus redes sociales y mandas whatsapps. Navegas por Internet, mientras estás al teléfono y lees el informe que tienes que entregar mañana. Cocinas mientras haces la tarea con tus hijos y vigilas al bebé que no se meta algo en la boca.
El querer ser multitask o multitarea hace que tu cerebro no se concentre en una sola cosa. Por mucho que digas que puedes con todo, estas tareas son incompatibles cuando las quieres hacer en simultáneo. O, más bien, las haces, pero a medias.
Cuando quieres abarcar todo aumentan los niveles de ansiedad y estrés; la memoria a corto plazo se afecta y nos cuesta retener las cosas que han pasado hace solo unos minutos. Ser multitask también hace que disfrutemos menos nuestras actividades.
El cerebro hace lo que puede
Así lo dice la ciencia. Un equipo de científicos del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica, en París ha concluido que el cerebro no puede manejar más de dos tareas complejas al mismo tiempo. Al pedirle a los participantes que realizaran tres acciones simultáneas se notó claramente que se olvidaban de una y, a menudo, se equivocaban en una o dos.
El cerebro no está diseñado para realizar multitarea. Lo único que puede hacer es cambiar de actividad. Esto exige una gran cantidad de energía y si estás mentalmente más cansado, disminuye tu eficacia, ya que cada vez te lleva más tiempo completar cada tarea.
¿La culpa la tiene el celular?
El celular es uno de los primeros y principales motivos de distracción. Aunque no podemos echarle toda la culpa, algo tiene que ver. Junto al resto de nuevas tecnologías, es uno de los primeros y principales motivos de distracción. Si ya hacíamos un montón de tareas (a medias), el celular ha multiplicado las opciones. Tanto la presencia como la ausencia del móvil nos hace perder atención y aumentan nuestros fallos en la retentiva, como demostró un experimento de la Universidad de Standford.
Las mujeres no son superwoman
Un concepto erróneo es creer que la mujer puede con todo, no lo dudamos, pero en realidad hay que darles un respiro. La mayoría de las mujeres multitasking derivan en carga mental. Una mujer agotada no es una supermujer, es una mujer superinfeliz.
Con el ritmo de vida tan acelerado y demandado, tomar un descanso es un lujo y a veces está mal visto, cuando en realidad es un derecho, una necesidad biológica y un placer. Lo peor de todo es que sentimos culpa cuando nos damos un break y regresamos a querer compensar el tiempo “perdido” en el trabajo.
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CONSEJOS PARA HACER LAS COSAS BIEN Y SIN PRISA
- Reserva tiempo para actividades dedicadas a tu bienestar: yoga, salir a correr, leer, irte a la piscina, practicar meditación o mindfulness…
- Apuntar todos tus objetivos del día, desde lo más rutinario, te ayudará a liberarte de carga mental. Una vez realizados tus objetivos táchalos, esto te reforzará y te llevará a seguir con otra tarea.
- Un paso primero y el otro después. Cuando intentas estar en muchas cosas a la vez, no solo no haces ninguna bien, sino que no disfrutas tampoco de ninguna.
- Aprende el arte de delegar. Saber delegar, ayuda a descargar y también a compartir. No eres mejor por intentar hacer tú todo.
- Calculemos los tiempos que te llevará cada tares para no plantear metas inabarcables. Lo que no cabe en tu agenda, no cabe en tu vida.
Con información de Telva