A la espera de la próxima pandemia
No se sabe con exactitud cuándo llegará la siguiente pandemia pero sí se espera que ocurra. Las condiciones para que se produzca son, a día de hoy, las idóneas.
Yueyang es una ciudad china a orillas del río Yangtsé, a solo 200 kilómetros de Wuhan, el supuesto foco de la pandemia del coronavirus. Su mercado húmedo es variopinto, y a ojos occidentales, chocante. Uno puede comprar casi cualquier cosa que llevarse a la boca: caparazones de tortugas recién matadas y volcadas en el suelo para su venta; o un pincho de escorpión en un puesto ambulante donde aparecen expuestos en brochetas como delicadezas… Los consumidores eligen un pez vivo o un animal en una jaula. Los vendedores, ataviados con botas de goma, los desuellan y destripan en el suelo sin más mientras escuchan música en sus móviles.
Muchos campesinos llevan sus animales en jaulas para la venta. Suelen ser particulares que los han criado en sus casas y los venden, muchas veces sin etiquetas ni controles sanitarios. A medida que se suceden los sacrificios, el hedor aumenta. Antes de la pandemia, los mercados solían ser visitados por turistas, pero, en algunos rincones, no permiten fotografías.
Víctor Briones, catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, visitó varios de estos singulares lugares en el sudeste asiático. Hay una primera línea de venta a la vista, con ciertos permisos y regulaciones, pero existe “una venta de trastienda” oculta a los forasteros curiosos, donde pueden venderse especies más raras. Ahí se comercia con civetas, serpientes, perros, lagartos…
Los animales suelen ser sacrificados delante del comprador. “Se los mata in situ, y los que no mueren ese mismo día, vuelven a su lugar de origen, después de haber convivido con otros animales de los puestos de al lado”, dice este veterinario. Siempre es más barato y cómodo mantener a un animal vivo que sus pedazos en un refrigerador. “La mejor manera de conservar un alimento en ausencia de energía eléctrica es que esté vivo, porque se mantiene solo”.
Aunque no están claras las pistas que llevaron a un tipo de coronavirus a saltar de una especie rural de murciélago en China a los humanos, y el papel que tuvo el mercado de Wuhan en ello, científicos como Jared Diamond han apuntado sin dudarlo a este tipo de mercados húmedos como foco de epidemias. ¿Pero por qué ahora, si son algo que ha existido desde siempre?¿Qué es lo que ha cambiado? La clave está en la venta de carne salvaje. Peter Daszak, un zoólogo experto en zoonosis –el salto de enfermedades animales a humanos– y presidente de EcoHealth Alliance, comentó a la BBC que el creciente contacto entre las poblaciones humanas y la vida salvaje propiciaría que cada año surgiesen hasta cinco enfermedades emergentes. Algo que las economías mundiales no podrían aguantar si se convirtiesen en pandemias. El mundo económico no soportaría una covid-19 cada década.
El cambio climático también está acelerando el problema, provoca fenómenos meteorológicos extremos, sequías extensas o inundaciones, que tienen su impacto en los hábitats salvajes de los animales y que motivan el desplazamiento masivo de muchos grupos de poblaciones.
¿Cómo sería la siguiente pandemia?
Ahora tenemos cuatro tipos de coronavirus humanos que podrían convertirse en pandémicos. “En 2005, se publicó un artículo que rastreó uno de estos cuatro coronavirus en el tiempo, hasta 1890, cuando surgió la gripe o influenza rusa. La hipótesis es que la pandemia se produjo por culpa de un coronavirus que estaba ya en el ganado. Así que no es nada nuevo”.
Resulta paradójico que, en Occidente, las personas crean que viven aisladas de la naturaleza, en especial, las que se concentran en las ciudades. Pero lo cierto es que no podemos –ni debemos– desconectarnos de ella. La presión sobre los recursos naturales es enorme. El 60 % de la carne animal del planeta se concentra en los animales domésticos que criamos para nuestro consumo. Los animales salvajes suponen un 4 % de la biomasa total –el resto corresponde al ser humano–. ¿Somos demasiados? ¿Es la superpoblación una de las razones que armaría un futuro pandémico?
Ahora hay más seres humanos en contacto estrecho entre sí que antes. Según Heymann, “las cada vez más densas poblaciones de países que tienen una renta media se están trasladando a las selvas tropicales, y allí se infectan de virus como el ébola. Y las poblaciones que crecen demandan más proteínas, más alimento. Los animales se crían de manera intensa y en estrecho contacto con los humanos”.
Esta enorme concentración de vacas y gallinas en ganaderías intensivas también es un puente para que los virus salten de ellos hasta nosotros. “Las probabilidades de que eso ocurra van a ser mayores en el futuro”, asegura sin pestañear el experto.
La biodiversidad de los microorganismos es abrumadora. Y nuestro explosivo crecimiento demográfico y afán destructivo nos expone con más facilidad a su alcance. La covid-19 ha estallado en un mundo hiperconectado. Por vez primera, los ciudadanos de todo el mundo tienen consciencia de que existen problemas globales capaces de afectarles en su vida particular.
En el pasado, ante brotes de cólera o la misma viruela, se pensaba que se podrían contener impidiendo que la gente cruzara fronteras. Pero ya no es cierto. La gente puede incubar la enfermedad y las va a cruzar de todas formas. La manera de afrontar las futuras pandemias necesita un robustecimiento de los sistemas de salud, programas de prevención y atajar la obesidad, que nos hace más vulnerables.
La estrategia es no dejar todo en manos de la medicina para afrontar futuras pandemias. La covid-19 nos ha enseñado que afecta a muchos aspectos de nuestra vida, así que al batallón de médicos y expertos en salud pública se le añaden expertos en ciencias sociales, psicólogos, periodistas y comunicadores, economistas, y asesores en logística y cadenas de suministros.
Es necesario que localicemos los puntos vulnerables en las cadenas de suministro sanitario y en los trabajadores del sistema de salud para arreglarlos, y movilizar recursos de manera muy rápida al lugar correcto y a tiempo para preparar el combate contra la futura pandemia.
Con información de Muy Interesante