Si vas a Jalisco y no probaste sus tradicionales tortas ahogadas, entonces tu visita no cuenta, es algo imperdible. En todos lados las sirven, pero existen dos negocios en particular que han sobresalido, uno por su innovación y el otro, por ser de los más tradicionales y longevos.
Para probar una torta ahogada diferente, primero tienes que hacer una parada en el restaurante la Ahogada Mutante, donde los personajes de las Tortugas Ninjas fueron la inspiración de Paola Llamas y Armando Huertas para crear su propia versión de tortas ahogadas. Este negocio lo puedes visitar en Prisciliano Sánchez 1037, en la colonia Americana de Guadalajara.
De entrada, aquí el birote es redondo, tal cual como el caparazón de una tortuga. Además, la salsa no se limita a la roja de jitomate, sino que hay variedad en cuanto a color y sabor.
Y ni qué decir sobre los ingredientes que le dan un sazón diferente al del tradicional platillo originario de Guadalajara y que aquí tienen todo que ver con los personajes animados. Cada torta, que tiene el nombre de cada tortuga ninja, tiene su toque especial.
Netflix los hizo más famosos
La serie La divina gula en Netflix documenta las distintas ofertas culinarias innovadoras que son producto del ingenio mexicano, en distintas latitudes del país.
Se trata de una crónica narrada con el inigualable estilo del actor Memo Villegas, quien hace cómplice al espectador de las delicias de la nueva cultura gastronómica de México.
Con escala en Guadalajara, no podía faltar hablar sobre las tortas ahogadas, no sólo de las nuevas de Ahogada Mutante, sino también de las del pionero de dicho manjar sumergido en salsa: las del famoso José “el de la bicicleta”.
En el documental de Netflix retratan a don José como lo que es: “El sensei de la torta ahogada en Guadalajara”.
Todo tapatío conoce las tortas que él vende, porque se dice que el propio José fue discípulo del creador de las tortas ahogadas, allá por mediados del siglo XX.
“Yo desde 1960 trabajé para ‘El Güerito’, entonces la salsa la trabajamos como desde hace mucho: cruda”, comparte el tortero.
La tradición de José es servir la torta en bolsita y deleitarla con su peculiar salsa y cebollita picada. Desde los años 60 este tapatío vende tortas sobre en su bicicleta y ahora se puede encontrar en la calle Mexicaltzingo 27, entre 16 de Septiembre y la Calzada Independencia.
Con información de Ciudad Olinka