Stephen Hawking pudo haber dejado este mundo hace casi cuatro años, sin embargo, su legado y gran genio siguen dando mucho de qué hablar. No es para menos, el físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico tenía un genio sin precedentes y su peculiar forma de pensar y de ver la vida sigue maravillándonos y siendo tema de conversación.
Meses antes de partir en 2018, Stephen Hawking ofreció una de las declaraciones que más sacudieron a la comunidad científica al afirmar que la humanidad destruirá la Tierra, prediciendo que nuestro planeta estaba destinado a convertirse en una bola de fuego en los próximos 600 años.
Como él lo veía, el desmedido aumento de la población y las crecientes demandas de energía llevarán directo a la humanidad a la catástrofe, por lo que creía necesario que el hombre volteará a ver con prontitud hacia las estrellas para evitar este potencial destino.
“Nuestros recursos físicos se agotan a un ritmo alarmante. Hemos regalado a nuestro planeta el desastroso cambio climático. Temperaturas crecientes, reducción de los casquetes polares, deforestación y aniquilación de especies animales. Somos bastante ignorantes e irreflexivos. Estamos quedándonos sin espacio y los únicos espacios a los que podemos ir son otros mundos”, dijo en 2017, durante una conferencia en el Festival Internacional Starmus.
“Es hora de explorar otros sistemas solares. Diversificar puede ser lo único que nos salve de nosotros mismos. Es el momento de explorar otros sistemas solares. Expandirnos puede ser lo único que nos salve de nosotros mismos. Estoy convencido de que los humanos necesitan irse de la Tierra”.
Y aunque esto no es algo realmente nuevo para la comunidad científica que ya trabaja en la exploración de la Luna y Marte, Stephen Hawking era un fiel creyente de que la solución a este dilema era apostar a una zona más lejana, específicamente al sistema estelar Alpha Centauri, para “mudarnos”.
Antes de partir, el científico mostró su apoyo al proyecto Breakthrough Starshot, el cual contempla el envío de una pequeña sonda a Alpha Centauri en poco más de 20 años, viajando a una fracción de la velocidad de la luz.
«Dicho dispositivo podría llegar a Marte en menos de una hora, o llegar a Plutón en días, pasar Voyager en menos de una semana y llegar a Alpha Centauri en poco más de 20 años», declaró Hawking al Daily Mail en aquel entonces.
Solo para tener una perspectiva, una nave espacial podría hoy en día, tardarse más de 20 mil años en llegar allí.
El concepto de Breakthrough Starshot consiste en lanzar una nave nodriza con una carga de miles de nano-naves espaciales (de apenas unos centímetros de tamaño y pocos gramos de peso), que serán liberadas cuando se esté en órbita.
Una vez liberadas, láseres de gran potencia desde la Tierra mandarían haz de luz para impulsar las velas de las nano-naves una vez desplegadas, y de esta manera acelerar su velocidad máxima en minutos, consiguiendo un promedio de hasta 100 kilómetros por segundo.
Las naves se dirigirían a Alfa Centauri en busca de un planeta con características similares a la Tierra, donde se intentará realizar la proeza de acercar las nano-naves a una distancia de 1 unidad astronómica (150 millones de kilómetros) del planeta para obtener datos gráficos de alta calidad y evaluar sus condiciones.
“Albert Einstein una vez se imaginó cabalgando en un rayo de luz, y su experimento mental lo llevó a la teoría de la relatividad especial. Ahora, un poco más de un siglo más tarde, tenemos la oportunidad de conseguir una fracción importante de esa velocidad, y solo de esta manera podremos alcanzar las estrellas en la escala de tiempo de una vida humana. Es emocionante involucrarse en un proyecto tan ambicioso”, subrayó Hawking en 2017.
La proeza se antoja compleja, sin embargo, continúa en pie. Resta esperar si Stephen Hawking, una de las mentes más brillantes de humanidad, tenía razón.
Con información de GQ