Hace unos días se viralizó la tonta idea de que Chile no existe y de que sus habitantes eran solo actores. Quien ha vivido la experiencia de visitar este país puede decir que es uno de los mejores lugares para disfrutar el desierto.
San Pedro es una ciudad ubicada en la Cordillera de los Andes del noreste chileno y es la puerta de entrada al desierto de Atacama. Sus calles, montañas, salares, lagunas, géisers y gente han hecho de esta ciudad uno de los destinos preferidos de los turistas de Chile y el mundo.
San Pedro de Atacama atrae principalmente por su historia arqueológica, el color marrón adobe que se respeta en cada una de sus construcciones le dan un toque especial y místico a la ciudad. Su antigua plaza principal y su iglesia invitan a hacer un alto y fotografiar todos sus rincones
Sus paisajes y sus impecables cielos azules despejados prácticamente todo el año dejan que los visitantes disfruten la naturaleza con diferentes actividades.
Los vestigios de una cultura
Es imposible no visitar sus alrededores. Los pukarás de Quitor y Catarpe permiten viajar a las entrañas del turismo antropológico y arqueológico, donde aún es posible encontrar vestigios de la cultura incaica y del pueblo atacameño, además de tener una vista panorámica del valle de San Pedro.
Date un chapuzón en medio del desierto
Es recomendable tomar un tour a la Laguna Cejar y los Ojos del Salado. La primera es una laguna natural que produce que los cuerpos floten en sus aguas gracias a su gran cantidad de sal, ideal para relajarse. En los Ojos del Salado, en tanto, los visitantes pueden disfrutar de dos refrescantes lagunas en pleno desierto y un bello entorno.
Los famosos Géisers del Tatio, en tanto, se encuentran en un campo geotérmico a más de 4.300 metros de altura y ofrecen un espectáculo increíble; el sol del amanecer permite ver maravillosos vapores, olores y sonidos. El tour comienza a las 4 de la madrugada y se recomienda visitarlos con bastante abrigo ya que la temperatura no alcanza los dos o tres grados Celsius. No olvide cocer un huevo en sus aguas en ebullición y disfrutarlo como desayuno.
En este Valle no sobreviven plantas ni insectos
Los visitantes no pueden perderse del Valle de la Muerte (o Valle de Marte) y del Valle de la Luna. Ambos se encuentran en la Cordillera de la Sal y presentan diferentes atractivos naturales que no se pueden apreciar en ningún otro lugar del mundo. Lo más recomendable es presenciar la puesta de sol en uno de sus cerros: el cambio de colores mientras llega la noche de las montañas es una escena única. También es ideal para los amantes del sandboard.